Cinco años del asesinato de la niña Yuliana Samboní
Los padres renunciaron a una reparación integral económica. El autor de crimen permanece en una cárcel de máxima seguridad.
Noticias RCN
06:35 a. m.
Ya son cinco años de la trágica desaparición y muerte de la niña Yuliana Samboní, quien fue violada y torturada por Rafael Uribe Noguera, un arquitecto que fue encontrado culpable y paga una pena de 58 años de prisión en Valledupar.
Luego de varios meses de dolor, una vez dictada la sentencia contra Uribe Noguera como el autor material de la violación, tortura y asesinato de Yuliana, había una opción de la familia de la menor para acceder a una reparación económica por los daños ocasionados.
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Los abogados de las víctimas tenían previsto acudir con los padres de la niña a una audiencia de reparación integral que se surte después del juicio que halló responsable a Uribe Noguera.
Así, la diligencia judicial estaba prevista en los juzgados de Paloquemao y era la única instancia o vía para buscar una compensación económica. Los abogados buscaron minuciosamente en las oficinas de registro algún bien o inmueble que perteneciera a la familia Uribe Noguera.
De hecho, la búsqueda tuvo buenos resultados y se encontró en el norte de la capital un predio que podría servir para la indemnización de la familia Samboní, que quería justicia y reparación.
Sin embargo, la labor de los penalistas quedó en nada a los pocos días de instalarse la audiencia, pues los padres de la niña desistieron de la audiencia y prefirieron olvidarse del tema y regresar a su tierra en el departamento del Cauca.
Esta diligencia nunca se realizó y no pudo concretarse porque la parte afectada no convocó a las partes para que se efectuara la diligencia en los juzgados de Paloquemao.
Mientras tanto, en este proceso judicial que consternó al país sigue su curso, pero ya en los juzgados de ejecución y penas, que son los encargados de vigilar que el autor material cumpla con la condena impuesta.
Rafael Uribe Noguera lleva tres años confinado en la cárcel de máxima seguridad, La Tramacua, en Valledupar. Está extremamente vigilado por la guardia del Inpec, sale una hora diaria de su celda para tomar el sol en la mañana, no tiene otros reclusos a su lado por seguridad, se dedica a labores artesanales y también a la lectura con el fin de redimir la pena por estudio y trabajo.
Noguera es el recluso con la mayor condena impuesta por un juez y es el detenido que ha quedado en el olvido porque no tiene visitas.
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