"El consensualista y el radical": Alejandro Gaviria habla de lo que le espera a Colombia con las dos facetas del presidente Petro

Alejandro Gaviria, exministro del presidente Gustavo Petro estuvo conversando en la entrevista de las 6 con Santiago Ángel, director de NoticiasRCN.com, sobre los recientes acontecimientos que han sacudido el Gobierno, uno de ellos el remezón ministerial en el que salieron siete jefes de cartera.

Además, habló sobre las que para él son las dos facetas del mandatario, "el consensualista y el radical". Manifestó que el segundo podría estar sobresaliendo en aspectos que cambiarían en algunos sentidos el rumbo del país.

Santiago Ángel: El presidente hizo un cambio en su gabinete, tal como usted lo anticipó, y que muchos han leído entre líneas como un reacomodo de sus piezas para el Gobierno, pero sale la ministra Corcho con quien usted tuvo una enorme controversia.

¿Cuál es su primera impresión sobre los cambios?

Alejandro Gaviria: Creo que en el Gobierno, y lo voy a decir de esta manera con respeto por supuesto, en la psicología del mismo presidente Petro han coexistido dos tendencias, o dos formas de entender la política.

El presidente Petro ha sido en varios momentos de su vida un consensualista. Él siempre puso de presente la Constitución de 1991 como un ejemplo, casi como un paradigma de un acuerdo al que se llegó entre diferentes.

Recuerdo en el año 2010 – yo era en ese momento decanto de la facultad de economía – escribí una columna sobre un apretón de manos entre el presidente Petro y el entonces presidente electo, Juan Manuel Santos, que le costó muchos problemas al Centro Democrático. Se dieron la mano y hablaron de la paz.

Entro al Gobierno y me acuerdo una reunión que tuvimos – el 17 de junio – el viernes antes de la elección, con la promesa de un acuerdo nacional.

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La primera conversación que tuve con el presidente Gustavo Petro política de verdad fue en abril del 2021, yo todavía era rector de la Universidad de los Andes, y en esa conversación él me dice: “Una unión, una alianza política en el buen sentido entre lo que él llamaba las fuerzas progresistas y las fuerzas liberales, es fundamental no solamente para ganar las elecciones, sino para gobernar a Colombia. Esa ha sido una parte.

Y a veces en los consejos de ministros afloraba ese presidente consensualista, que es el de que de alguna manera quería defender la coalición en el Congreso, y hablaba de un gobierno de coalición. Pero siempre coexistió con esta figura del consensualista, otra figura y es la del presidente que tiene una idea más estrecha del cambio social, que tiene visiones que uno puede llamar – no peyorativamente, desde un sentido político – radicales.

Esto es que para hacer el cambio no se necesitan consensos, se necesita desde abajo destruir unas estructuras de poder, unos poderes paralizantes, los podría llamar uno. El presidente que cree que su programa de primera vuelta porque fue quizá distinto, el de segunda vuelta es un mandato popular. Y que los consensos tienen que darse básicamente como una adhesión a ese programa.

Digo todo esto porque lo que ocurrió esta semana es que esa tensión entre las dos fuerzas, entre el consensualista y el radical, parecía haber resuelto en favor del segundo, por lo menos transitoriamente.

Yo no creo que vayamos a empezar un proceso inexorable de radicalización, pero sí podría decir que el segundo parece estar prevaleciendo en esta coyuntura.

S.A.: En ese análisis del segundo presidente menos consensualista que el primero, ¿usted ve al presidente Gustavo Petro sugiriendo algo como una constituyente o algún otro mecanismo para saltarse al Congreso?

A.G.: No. Creo que todavía no, pero también creo que todos debemos tener nuestros instintos democráticos ahí, porque podría pasar. No lo veo inminente, no lo veo una cosa de cuestión de meses. 
Lo veo como una tentación, creo que todos estamos a la espera de lo que va a decir el primero de mayo, cuando dará el segundo discurso en el balcón, vamos a ver qué plantea.

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Él ha sugerido esta tensión entre las reformas que se hacen en el Congreso y las reformas que se hacen construyéndolas con la gente, con la ciudadanía, una revolución ciudadana, es el tipo de lenguaje que él utiliza una y otra vez, pero todavía no veo un rompimiento institucional como algo inminente, pero vuelvo y repito, los demócratas de este país tenemos que estar alertas si en algún momento este país podría necesitar una alianza entre demócratas.

S.A.: ¿Una alianza democrática para qué?, ¿para enfrentar al presidente?

A.G.: Para defender la Constitución, para defender las instituciones, para defender la democracia liberal que ha sido un poco mi trayectoria política, esa defensa acérrima de la democracia liberal.

S.A.: Dice que el presidente Gustavo Petro, no inminentemente, pero sí en los próximos meses o años podría tener un giro autoritario. ¿Qué es lo que más le preocupa de ese giro?

A.G.: Lo que me preocupa es que el país tiene muchos problemas. Para mí la mayor preocupación en este momento es el tema de la seguridad, sobre todo en algunos lugares; la pérdida del control territorial.

Uno podría recorrer la geografía de Colombia desde el Catatumbo hasta Arauca, pasando por Putumayo, todo el pacífico, no solamente Nariño sino en el Cauca y el Chocó también; Urabá, el Bajo Cauca, el sur de Bolívar, la alta Guajira.

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Ese ha sido un problema, no de este Gobierno, sino del Estado colombiano por mucho tiempo. Tenemos las economías ilegales creciendo en algunos lugares de Colombia.

Si uno le suma a este problema un estado de polarización política muy grande, podríamos llegar a un conflicto mayor y que en ese caos que pueda surgir de allí surjan tentaciones autoritarias. Eso me preocupa.