Tráfico de migrantes: el drama del Darién convertido en negocio para el Clan del Golfo
El control criminal del tráfico migratorio en América Latina tiene un punto clave en el Darién, el cual sería controlado por el Clan del Golfo.
Noticias RCN
04:44 p. m.
El tráfico de migrantes deja entre 7.000 y 10.000 millones de dólares anuales a los criminales a nivel global, según estimaciones de la ONU y el Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI).
La fuente es inagotable: en 2024 México procesó a 925.000 indocumentados, mientras Estados Unidos registró 2,1 millones de encuentros de migrantes en su frontera en el año fiscal que concluyó en septiembre.
Originarias de Venezuela, Cuba, Colombia, Ecuador, Haití, Centroamérica y lejanos países africanos y asiáticos, esas personas huyen de la pobreza, la violencia y gobiernos autoritarios.
El control del Clan del Golfo en la migración terrestre desde Colombia
Este control criminal comienza en el tapón del Darién, la vía terrestre que conecta a Sudamérica con el resto del continente en la frontera entre Colombia y Panamá. Alberto Yamarte, migrante venezolano de 50 años, pagó 1.800 dólares a un grupo para pasar por esta peligrosa jungla con su esposa y tres hijos.
Este punto es el bastión del Clan del Golfo, la mayor organización criminal del país. "Decide qué caminos se pueden utilizar y cuáles no, provee 'seguridad' a la población y se enriquece a costa de los migrantes", comenta Juan Pappier, subdirector para las Américas de Human Rights Watch (HRW).
En un informe presentado por esta entidad en septiembre de 2024, se determinó que el Clan del Golfo habría generado una cifra cercana a los 65 millones de dólares relacionados al tráfico migratorio solamente durante 2023.
"Hemos podido documentar que el Clan del Golfo recibe por cada migrante 125 dólares. Eso significa que, aproximadamente, teniendo en cuenta el ritmo que tuvo la migración en el tapón del Darién el año pasado, recibieron 65 millones de dólares", afirmó Juanita Goebertus, exintegrante de la Cámara de Representantes y directora de Human Rights Watch para las Américas.
El drama no termina en Panamá: carteles controlan el paso de Guatemala a México
Salvo por el transporte fluvial de mercancías, el principal acceso a México desde Guatemala luce semivacío. Pero a una hora de allí, Tapachula rebosa de migrantes que buscan desesperadamente permisos de tránsito para alcanzar la frontera norte antes de que Donald Trump asuma la presidencia.
Este contraste obedece a que los delincuentes llevan a los migrantes directamente a esta población, lejos de la mirada de autoridades. "Ya no les permiten que lleguen" por cuenta propia. "Les dicen 'les cobramos por llevarlos'", denuncia el padre Heyman Vázquez, párroco local.
Quienes no tienen dinero son secuestrados. "Les piden 700 dólares. Ya cuando el familiar paga, les ponen un sello (en el brazo) y los dejan ir", dice Vázquez.
Son los cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación, cuya pugna provocó el año pasado una matanza de 19 personas. Ambos absorbieron a las redes de delincuencia locales, que en ocasiones les entregan personas para extorsión o trata, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).