En un camión de basura Los Maracuchos pretendían desaparecer a sus víctimas
El uniformado que lideró la investigación de Los Maracuchos aseguró que con la captura de sus 10 integrantes se evitó “una matanza”.
Noticias RCN
10:20 p. m.
La investigación de las autoridades capitalinas sobre la forma en que operaba la banda trasnacional Los Maracuchos continúa revelando escabrosos detalles. Esta vez se conoció que, desde hace seis años, la estructura utilizaba una estrategia que le funcionaba a la perfección para controlar la venta de droga en la localidad de Santa Fe.
Siempre había dos personas que dosificaban, una era alias Robertico y alias La Mona, ellos subcontrataban a otras personas, eran entre doce y quince sujetos diarios, que eran los que vendían los estupefacientes en todo el barrio.
Las víctimas de los Maracuchos
En enero, el primer revendedor fue descubierto tratando de ingresar droga de otra organización en el mercado maracucho. Su cuerpo fue el primero en aparecer embolsado. El de la 30 con 26 fallece por el mismo motivo, es decir, tener droga de otra organización. La segunda víctima tampoco era de una banda rival, fue una trabajadora sexual del barrio Santa Fe, también fue torturada y empacada en bolsa de basura. Las autoridades explicaron que esta banda hacía cobros a las trabajadoras sexuales del sector por no pagar, y quienes no lo cumplían resultaban muertas.
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El tercero fue un trabajador informal del sector que fue asesinado por el rumor de hurto de una motocicleta, pues el sector estaba controlado por la organización que no permitía hurtos. La última de las víctimas fue uno de los hombres de más confianza en la organización, alias Robertico, hombre que fallece por dejar perder una droga incautada por la Policía quince días antes y por ingresar droga ajena a alias Leo, y revenderla en el mismo sector.
Un testigo clave en el seguimiento de la banda, que actualmente es protegido por la Fiscalía, confirmó cada situación, orientó al grupo investigador para saber a quién debían seguir y reveló cuál era el verdadero destino de las bolsas, que eran dejadas en lugares donde existieran bolsas para que el camión se llevara estos cuerpos y desaparecieran en el último trayecto del vehículo.
De acuerdo con el ente investigador, con los operativos que permitieron que la mayoría de los maracuchos fueran enviados a la cárcel, se evitó una matanza producto de las diferencias entre alias Leo y alias Lobo. Con dicha acción policial el mapa de la lucha entre bandas se despejó para ir tras las demás organizaciones que llenan de terror las calles de Bogotá.