¿Se le trató de mentir a la Corte Constitucional?: La investigación del caso "Matarife" más allá de la orden de rectificación
La FM y NoticiasRCN.com conocieron el documento completo de la sentencia de 172 páginas que obliga a Mendoza a rectificar. La historia va más allá de injurias.
Noticias RCN
12:41 p. m.
Cinco días. Ese es el plazo que Daniel Mendoza tendrá para rectificar una larga secuencia de afirmaciones hechas en su serie llamada "Matarife: un genocida innombrable", una vez sea notificado por el juez de primera instancia, tras la sentencia de la Corte. El fallo, cuya votación fue tres a cero en la Sala Quinta de Revisión de la Corte Constitucional, sin ningún salvamento de voto, tiene 172 páginas.
Además del análisis puntual sobre las afirmaciones de la serie en casos como los homicidios de Rodrigo Lara, Jaime Garzón o Guillermo Cano, el alto tribunal también evalúa y desarrolla conceptos de corte académico y filosófico sobre el contenido y alcance de las libertades de opinión, información y prensa, así como los deberes y responsabilidades de los periodistas respecto de los procesos de corroboración de hechos y contrastación de fuentes.
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La sentencia hace un amplio resumen de las publicaciones previas en la serie y en redes sociales por las que se inició la controversia legal. Al principio el documento se refiere a las entrevistas que Mendoza, quien se auto define como periodista y abogado, le dio al Tercer Canal y al comunicador Hollman Morris para promocionar la serie que fue distribuida ampliamente en Telegram, Whatsapp, Youtube y otras plataformas.
“Así mismo publicaron piezas gráficas en las que el exsenador y expresidente aparecía en una silla eléctrica con la leyenda “¿está de acuerdo con la pena de muerte para Álvaro Uribe?”.
El 9 de junio de 2020, Mendoza hizo otra publicación desde su cuenta personal de Twitter. “Uribe es el jefe de la mafia y el paramilitarismo. Es el dueño de todas las instituciones gubernamentales. Edificó desde hace 3 décadas un aparato organizado de poder del que hoy en día Duque y Barbosa son piezas esenciales. El aparato se defiende de mí con estrategias criminales”.
Antes de analizar si la tutela del expresidente cumplió con todos los requisitos previos, la Corte decidió vincular formalmente al proceso a algunas otras personas y organizaciones. Estas fueron Julián Andrés Hoyos Isaza, la Fundación Matarife Internacional y la Asociación Creative Bullets.
De acuerdo con el estudio de la Corte, Hoyos había registrado la marca “Matarife” en el país. A pesar de que Hoyos Izasa fue identificado como autor del registro de la marca “Matarife”, la Corte le reprochó que no presentó ninguna intervención ante el tribunal. “El señor Isaza no presentó ninguna intervención durante el trámite de revisión. Esto, a pesar de que la Sala ordenó correrle traslado del expediente para que se pronunciara en relación con los hechos y pretensiones de la presente acción de tutela”.
Además, la Corte constató que la Fundación Matarife Internacional, a cargo de Félix Marthaler y la Asociación Creative Bullets, cuyo representante legal es Marcel Dousse, habían obtenido, durante el proceso de revisión de la tutela, los derechos de las tres temporadas de la serie, así como el control de las redes sociales por medio de las cuales se difunde la producción audiovisual.
Además, según los antecedentes del fallo, la Corte ordenó a las asociaciones vinculadas entregar los documentos que comprobarían su existencia y representación legal.
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La controversia sobre los derechos de autor
Sin embargo, el trabajo que la Corte tuvo que hacer para llegar a la comprobación real de a quién le pertenecían los derechos y la propiedad del material audiovisual de la serie fue largo y difícil. Un enredado camino que pasaba por México, Suiza y varias organizaciones, compañías y nombres hicieron que las respuestas sobre las cesiones de derechos de autor, los hechos del caso y las personas puntuales que participaron en el proceso, se dilataran.
De hecho, el abogado Abelardo de La Espriella le pidió a la Corte en medio del proceso que revisara si Mendoza habría incurrido en el delito de fraude procesal por un supuesto intento de engañar a la justicia en medio de la revisión de la tutela. Sin embargo, la Corte solo citó ese acápite de la solicitud del abogado del expresidente en los antecedentes del caso, sin ahondar y sin solicitar en su decisión que la Fiscalía General de la Nación iniciara la investigación.
Los representantes de las organizaciones a las que Mendoza supuestamente les había cedido los derechos no fueron claros en sus intervenciones en el proceso. “Existencia y representación Legal. El señor Félix Marthaler aseguró que la Fundación Matarife Internacional es una organización sin ánimo de lucro constituida en Suiza “el 7 de julio de 2021”. Además, indicó que “no tiene oficina ni representación alguna en Colombia”, dice la sentencia.
Más adelante, continúan las respuestas sobre la autoría. “El señor Félix Marthaler afirmó que la referida fundación fue la titular de los derechos de la serie desde el 8 de julio de 2021 hasta el 19 de abril de 2022, fecha en la cual afirmó haber transferido la titularidad a la Asociación Creative Bullets. Señaló que no contaba con el contrato de cesión, porque fue celebrado de forma verbal según “el principio de la buena fe contractual”.
Una vez más, la Corte tuvo que tratar de llegar a una conclusión por la enrevesada estrategia jurídica y esta vez el tribunal se encontró con la supuesta creación de una nueva sociedad en Suiza, durante el trámite de revisión de la tutela, que se generó de forma escueta y sin el trámite legal que, señalaron los responsables, no era necesario para su constitución. El señor Marcel Dousse afirmó que la Asociación Creative Bullets fue constituida en Suiza “con la mera suscripción de los documentos suscritos por los asociados”. Afirmó que, según la normativa de ese país, “no se requiere aprobación posterior de autoridad competente” y, además, que “con estos documentos (…) cobran vida jurídica”.
La contradicción
El problema con la historia sobre los derechos es que, según se observa en la sentencia, el propio Mendoza afirmó en varias oportunidades durante el proceso que era “el único titular de los derechos de la obra audiovisual”. De hecho, de acuerdo con el resumen que la Corte hace en la sentencia de la respuesta de la Superintendencia de Industria y Comercio durante la etapa de pruebas, Daniel Mendoza Leal “cuenta actualmente con cuatro (4) solicitudes de registro de marca que se encuentran en trámite”, radicadas ante la entidad los días 18 de mayo y 18 de agosto de 2020 y 18 de marzo y 23 de julio de 2021, respectivamente”.
A pesar de eso, el autor de la serie cambió su propia versión sobre la titularidad de los derechos y vinculó a la secuencia de supuestas cesiones a personas y organizaciones que tuvieron que ser llamadas por la propia Corte.
Todo ocurrió en la mitad del trámite de tutela y mientras Mendoza y la Fundación de Marthaler recusaban a la magistrada ponente y presentaban diferentes solicitudes de nulidad, lo que demoró un pronunciamiento de fondo definitivo. Mientras tanto, Mendoza siguió publicando nuevos trinos y capítulos.
Dos personajes en la historia
Aunque la Corte vinculó formalmente a la Fundación Matarife Internacional y a la organización Creative Bullets, en cabeza de Marthaler y Dousse, respectivamente, la única forma de comunicación con esas personas y organizaciones fue a través de las solicitudes de pruebas y las respuestas correspondientes, que se remitieron por correo electrónico.
El antecedente que hizo que las dudas sobre la comprobación de la existencia de esos nombres se convirtiera en un hecho relevante, es que el propio Mendoza aceptó en uno de los capítulos de la serie que había mentido sobre la existencia de la productora y de algunas personas que supuestamente habían participado en la realización de la producción audiovisual.
“He aquí la primera de mis confesiones. No existe Jack Nielsen, ni mucho menos Emma Thompson. Tampoco existe director de casting como lo dije en alguna entrevista. Box Jelly Fish Films, la mentada productora, solo es una marca registrada y todos los derechos de autor están a mi nombre”, publicó en la cuenta oficial de Youtube de Matarife hace exactamente once meses.
Lo cierto es que, además de que el autor de la producción ya hubiese mentido sobre supuestos colaboradores internacionales en la realización de la serie, surgen dudas sobre si quedó probado en el proceso que los otros nombres mencionados por el propio Mendoza a cargo de la Fundación Matarife Internacional y la organización Creative Bullets existan, una respuesta que le quedará a las autoridades.