Más de 5.000 familias chocoanas confinadas tras la cruel arremetida del ELN
Doce días de aislamiento completan los habitantes de Nóvita, en Chocó, tras la intensa arremetida del ELN en esa zona del país.
Noticias RCN
07:27 p. m.
Con miedo, angustia y desesperación viven miles de familias en el municipio de Nóvita, Chocó, tras la arremetida del ELN en este lugar, pues las constantes amenazas de muerte de este grupo armado los obligaron a confinarse desde hace 12 días.
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El miedo y confinamiento en Nóvita
Nadie sale, pues las calles de Nóvita están repletas de minas antipersona que se han convertido en una bomba de tiempo para quienes intentan huir de la guerra que anunció el ELN hace dos semanas.
Los habitantes del municipio de Nóvita tienen dos opciones, encerrarse, sin provisiones, sin comida y sin servicio de salud, o arriesgarse a intentar huir hacia el Valle del Cauca y ser víctima de las minas antipersona instaladas por este grupo armado para tomar el control absoluto de la zona.
Nóvita luce como un pueblo fantasma, pues el miedo a no morir lo mantiene, aún sin comida, dentro de sus viviendas, como el refugio más seguro, desde que el ELN llegó a esta zona del Chocó.
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La peligrosa huída de Nóvita
Son más de 5.000 familias que se encuentran en confinamiento tras la llegada del ELN a este municipio del Chocó.
Algunas de estas familias buscan resguardar sus vidas huyendo de la guerra y las constantes amenazas que el ELN ha establecido en Nóvita.
Con las pocas pertenencias que logran sacar de sus hogares, los habitantes de Nóvita, en Chocó, intentan huir del conflicto armado, pero estos insurgentes no los dejan salir.
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Las consecuencias del confinamiento
Tras doce días de encierro, empiezan a escasear los alimentos y las medicinas para cinco mil personas que habitan en Nóvita.
Los campos cercanos a sus casas están llenos de minas antipersonas, lo que hace muy difícil y riesgosa la posibilidad de huir de la crueldad del ELN.
Las autoridades de Nóvita buscan la manera de mitigar las necesidades de estas más de cinco mil familias.
La iglesia pidió un corredor humanitario para llevarles alimento a estas 900 familias que ya no saben qué hacer, indicó Jefferson Mena, consejero presidencial para los derechos humanos.
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