Confidencial: ¿El Partido Liberal realmente se comporta como partido de Gobierno?

El Partido Liberal decidió apoyar la reforma tributaria con base en la redacción de la ponencia para las plenarias. El texto será votado en las próximas horas. Los congresistas, que se han reunido con el Ministerio de Hacienda, coincidieron en que el Gobierno los escuchó y lograron la modificación de ocho de los once puntos que tenían como línea roja.

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La modificación de las pensiones

Por la presión de los liberales y otros partidos, el Gobierno decidió eliminar la propuesta de impuesto a las pensiones de más de 13 millones de pesos. Incluso, con el costo que significaron los cuestionamientos de la enorme mayoría de los economistas que consideraban ese impuesto como progresivo y necesario. De hecho, en una columna para El Espectador, Marc Hofstetter señaló con contundencia que la eliminación de ese impuesto era incoherente y un incumplimiento directo a una propuesta de campaña del presidente: gravar a los más ricos. Los análisis señalaban que se trataba de entre 17.000 y 23.000 pensionados, una minoría con un universo de más de dos millones de personas que reciben pensión en ambos regímenes.

Esa crítica la hicieron también Thierry Ways, Martín Jaramillo y otros analistas económicos relevantes en el debate. Y con todo y el costo académico de abandonar su propuesta, el Gobierno decidió darles la razón a los liberales y tumbar el impuesto.

Los comentarios previos de Gaviria habían sido demoledores. “Este proyecto no tiene un artículo bueno que defender (..). si aprueban esto, no se imaginan el daño que le van a hacer al país y a la sociedad”. Hoy, luego de varias sesiones con el Ministerio de Hacienda y ocho modificaciones puntuales, los liberales tendrán la responsabilidad de aprobar la tributaria. Pero insisten en la queja sobre las regalías al sector de hidrocarburos. Piden que se mantenga la deducibilidad.

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Las reuniones con los ministros del gabinete

La ministra Catalina Velasco no es vista hasta ahora como necesariamente liberal. Tampoco el ministro de Justicia, Néstor Osuna, que es más cercano a Gaviria. Ambos ministros han puesto palos en la rueda a los congresistas que quieren buscarlos para conversar sobre proyectos en las regiones o los debates que se avecinan de política pública en materia de vivienda y reforma a la justicia. “Nos dicen que tienen cita hasta diciembre”, dijo una fuente a este portal.

Eso llevó a la bancada a que se alejara del Gobierno y que la relación para la aprobación de la tributaria se hiciera más tensa. Aunque el partido hace parte de la fuerza del ejecutivo, se ha comportado en los últimos días con independencia en el trámite legislativo y en los comentaros a la opinión pública, que hacen dudar de que Gaviria y el presidente tengan la mejor relación. Aunque el presidente es consciente de que necesita las mayorías, todavía está el sinsabor de que Gaviria decidió apoyar a Federico Gutiérrez en campaña en la primera vuelta. Y los liberales también sienten que ha habido más afecto en las designaciones con el Partido Conservador que con ellos mismos, en donde puede haber más identidad programática.

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La pregunta final es si la relación partidos - Gobierno se mantendrá intacta de cara a las elecciones locales del próximo año. Un solo ejemplo es lo que podría pasar en Bogotá. La alcaldesa Claudia López podría darle su apoyo a Juan Daniel Oviedo, los liberales a Simón Gaviria y el Pacto Histórico seguro podría tener candidato propio. Gustavo Bolívar ha dicho que, si hay una modificación en los términos con la reforma política que le permita mantenerse como senador por un año más, lo evaluaría.

En conclusión, en 2023 los partidos de Gobierno también estarán en competencia por mantener el poder local y ahí las transacciones con el presidente podrían volver a cambiar. Habrá que ver qué pasa después de la aprobación de la tributaria.