Atlético Nacional, 13 veces campeón de la Liga Postobón
El equipo de Medellín derrotó 2-0 al Deportivo Cali y se coronó campeón de la Liga Postobón II 2013.
Noticias RCN
diciembre 15 de 2013
05:27 p. m.
05:27 p. m.
15 de diciembre de 2013, el Atanasio Girardot era el escenario para el partido de la Final de La Liga Postobón II entre el Nacional y el Cali.
Al estadio no le cabía una sola persona más. La boletería completa se vendió y el hincha ¨verdolaga¨ estaba confiado en una victoria. Abarrotados en las tribunas ondeaban orgullosamente las banderas de su equipo.
El árbitro Ímer Machado miró su cronómetro, lo puso en ceros, llevó el pito a su boca y encendió el partido. Los ensordecedores gritos de los hinchas en frenesí, bajaron al campo con el objetivo de intimidar a los jugadores visitantes que como gladiadores salieron por la hazaña.
Se jugaron 750 partidos en todo el año, se anotaron 933 goles pero todas esas estadísticas no importaban, porque en ese momento lo único que interesaba era lo que iba a suceder en cada segundo de los últimos 90 minutos de fútbol profesional colombiano en el 2013.
En el arco del Cali, el ‘Turco’ Mondragón miraba expectante el campo, con sus ojos llenos de sabiduría, de experiencia. Los nervios de acero y los guantes bien puestos lo acompañaban en una final más para su colección de batallas.
La pelota, caprichosa como siempre, no se entregaba a ningún dueño en los primeros minutos. Pero después del minuto 5, el Cali salió con más personalidad impuso su juego. Parecía local, llegando y pisando el área contraria, irrespetando al anfitrión de la cancha.
Pero una jugada de pelota quieta desembocó en el acto menos deseado por un jugador de fútbol. Néstor Camacho cambió la historia del encuentro con el autogol que anotó.
Farid Camilo nada pudo hacer para detener el balón. Su compañero de equipo lo fusiló y abrió el marcador 1 a 0 a favor del Atlético Nacional al minuto 17.
Un solo grito se escuchó en el estadio. Un grito salido del corazón de los hinchas que acariciaban la estrella 13.
La noche comenzó a caer, al igual que el Cali que no pudo reponerse del gol. Nacional embriagado de adrenalina lo acorraló en los minutos siguientes y Sherman Cárdenas en dos oportunidades casi marca el segundo.
Sin embargo, el marcador no se movió. El que no podía estar quieto era Leonel Álvarez, que desesperado lanzaba indicaciones a sus muchachos para que reaccionaran.
Leonel, ese mismo que jugó 101 partidos con la selección Colombia, que batallaba, que no se rendía, que lo entregaba todo, quiso transmitirle a su equipo desde el banco esa jerarquía, ese amor por el juego.
El réferi pitó y los equipos se fueron a los túneles para aprovechar los 15 minutos del entretiempo. Osorio, el técnico del Nacional, estaba tranquilo.
Se podía ver serenidad en él, más no extrema confianza. Es un hombre experimentado, ya había ganado este torneo con el Once Caldas y también lo levantó en mitad de 2013. Ganó la Superliga el año 2012 al Junior y dos veces la Copa Colombia.
En su mente solo estaba ganar y al parecer esa fue la charla que les dio a los jugadores de su equipo, pues en el segundo tiempo los de Medellín salieron con todas las ganas a terminar el partido.
Leonel se demoró en subir al banquillo, el árbitro le pidió que se cambiara la camisa que tenía porque era blanca, igual a la que su equipo usaba en el campo y se prestaba para confusiones.
Pero la demora no solo fue del técnico, sino también de los jugadores, que parecían no entender que el segundo tiempo ya había comenzado. Nacional tuvo cuatro opciones claras para definir el partido pero le faltó definición.
Al minuto 9 el Cali reaccionó, y se paró mejor en el campo complicando a su rival. El partido otra vez entró para cualquiera, la hinchada comenzó a desesperarse porque sentía que en cualquier momento podía llegar el gol del visitante.
La pelota nuevamente se mostró caprichosa, se hacía rogar. Ninguno podía convencerla ni conquistarla, ella paseaba de un lado a otro, entregándose a ambos rivales que se batían a muerte por tenerla.
Hasta que al minuto 17 del segundo tiempo, Jefferson Duque logró tomar la pelota y la hizo suya. En una jugada individual batió al ‘Turco’ y lo dejó con el corazón roto y el segundo gol adentro.
El estadio estalló, los hinchas ya se sentían campeones. La noche se pintó del verde de Medellín, la hinchada más grande del país celebraba por tercera vez en el año un campeonato.
Los minutos corrieron, Deportivo Cali intentaba pararse para morir con dignidad. Siguió intentándolo pero sin concretar ningún daño certero.
El tiempo reglamentario pasó y Leonel no paraba de gritar. Osorio con una rodilla puesta en la grama miraba el partido y seguía llenando su interminable libreta.
Machado vio el cronómetro, sentenció el final y la fiesta comenzó. El equipo de Antioquia que fue fundado en 1942 alcanzó su estrella número 13 y se convirtió junto a América de Cali, en el segundo equipo más ganador en el rentado nacional, detrás de Millonarios que tiene 14 títulos.
103 puntos en la reclasificación, 84 goles a favor y 29 partidos ganados. Campeón de la Liga Postobón I, campeón de la Copa Postobón y campeón de la Liga Postobón II marcan una campaña superlativa del cuadro ¨verdolaga¨.
Las personas presentes lloraban llenas de felicidad, de orgullo y del sentimiento indescriptible que produce ser campeón. Nacional conoció ese sabor por primera vez en 1954, después en 1973, 1976, 1981, 1991, 1994,1999. Se acostumbró a ganar y en el 2005 levantó otro título, dos en el 2007, uno en el 2011 y otros dos este año.
El Cali se retiró con honores del campo, llegó con méritos a la final pero no supo encontrar el quiebre al equipo de Osorio que cada vez tiene mejores resultados.
La copa se levantó, los fuegos artificiales invadieron el cielo y los hinchas no paraban de cantar. El fútbol se fue de vacaciones pero antes coronó al rey absoluto e indiscutible del futbol colombiano en el 2013.
Carlos A. Enciso / NoticiasRCN.com