A 50 años de la masacre de los Juegos Olímpicos Múnich 1972
En plena Villa Olímpica, un grupo de militantes palestinos atacó a la delegación de Israel.
Noticias RCN
07:46 a. m.
Los presidentes de Alemania e Israel encabezan este lunes las conmemoraciones por el 50 aniversario del atentado en los Juegos Olímpicos de Múnich, con la esperanza de que el acuerdo de compensación a las familias de las 11 víctimas israelíes ayude a superar el doloroso episodio.
En la primera ceremonia, este lunes de mañana en la Villa Olímpica de Múnich, donde comenzó la toma de rehenes, el alcalde Dieter Reiter presentó sus excusas por los "errores capitales" cometidos entonces.
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"Lo siento y pido disculpas porque después del ataque no se hizo lo que exigía la humanidad, que era admitir los errores y asumir la responsabilidad", dijo el regidor muniqués.
El acto principal, previsto a las 15H00 horas (13H00 GMT), contará con la presencia del jefe de Estado alemán Frank-Walter Steinmeier y de su homólogo israelí Isaac Herzog.
En el acto participarán también unos 70 familiares de las víctimas.
La efeméride estuvo a punto de malograrse por un diferendo sobre la oferta previa de compensación financiera ofrecida por el gobierno alemán a los familiares de las víctimas.
Sin embargo, el miércoles se alcanzó un acuerdo por 28 millones de euros.
Asimismo, el Estado alemán reconoce su "responsabilidad" por los fallos que permitieron la muerte de 11 atletas israelíes durante los Juegos.
El presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, admitió el domingo que era "vergonzoso" haber demorado tanto tiempo en alcanzar el acuerdo con las familias de las víctimas.
"Por mucho tiempo no hemos querido reconocer que también tenemos nuestra cuota de responsabilidad. Nos tocaba garantizar la seguridad de los atletas israelíes", declaró Steinmeier el domingo en un banquete para su par israelí, Isaac Herzog.
Por su lado, el funcionario alemán a cargo de combatir el antisemitismo, Felix Klein, dijo que había llegado "la hora de disculparse".
"Creo que el presidente encontrará las palabras adecuadas" en el principal evento conmemorativo de este lunes, declaró Klein al grupo de medios Funke.
"Ni el mínimo esfuerzo"
El 5 de septiembre de 1972, ocho hombres armados del grupo palestino Septiembre Negro irrumpieron en el apartamento del equipo israelí en la Villa Olímpica, donde mataron a dos atletas y tomaron a nueve más como rehenes.
La policía de Alemania Occidental respondió con un fallido operativo de rescate en el que murieron los nueve rehenes israelíes, junto con cinco de los ocho secuestradores y un policía.
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El incidente causó una profunda brecha diplomática entre Alemania e Israel.
En 2012, Israel desclasificó 45 documentos oficiales sobre las muertes, incluyendo textos en los que se fustiga la actuación de los servicios de seguridad alemanes.
Dentro del informe destaca un documento del exjefe de inteligencia israelí, Zvi Zamir, quien dijo que la policía alemana "no hizo ni el mínimo esfuerzo por salvar vidas humanas".
"Incomprensible"
Los familiares de las víctimas lucharon por años por obtener una disculpa de Alemania, acceso a los documentos oficiales y una compensación adecuada, superior a los 4,5 millones de euros inicialmente ofrecidos.
Ankie Spitzer, cuyo esposo Andre Spitzer figura entre los muertos, calificó como "insultante" la oferta inicial.
"Yo llegué a casa con los ataúdes después de la masacre", dijo a AFP. "No sabes lo que hemos pasado los últimos 50 años".
Herzog destacó el dolor de los familiares y admitió que ellos "toparon con un muro" cuando intentaron plantear el tema con Alemania o con el Comité Olímpico Internacional (COI).
"Creo que había un supresión trágica", admitió al señalar una letanía de fallas que fue "inhumana e incomprensible", tal como "el hecho de que los rehenes fueron llevados al matadero y los Juegos continuaron".
Después de una suspensión inicial, el entonces presidente del COI, Avery Brundage, declaró que "los Juegos deben seguir".
El presidente israelí Herzog expresó su esperanza de que el acuerdo ponga "este doloroso episodio en un lugar de sanación".
"Espero que a partir de ahora continuemos recordando, invocando y, sobre todo, reafirmando las lecciones de esta tragedia, incluida la importancia de combatir el terror para las generaciones futuras", expresó Herzog.