Fallece Johan Neeskens, la leyenda incansable del ‘fútbol total’
El holandés falleció este lunes a los 73 años, deja tras de sí un legado imborrable en la historia del deporte.
AFP
Noticias RCN
11:42 a. m.
El mundo del fútbol despide hoy a una de sus leyendas más emblemáticas. Johan Neeskens, quien falleció este lunes a los 73 años, deja tras de sí un legado imborrable en la historia del deporte.
Considerado el motor del mítico Ajax y la selección de Países Bajos del ‘fútbol total’, Neeskens fue pieza clave en la era dorada de los neerlandeses, destacando por su inagotable energía y su innegable talento tanto en la ofensiva como en la defensa.
El 'fútbol total' y las tres Copas de Europa con el Ajax
Johan Neeskens se consolidó como un pilar fundamental en el equipo del Ajax que ganó tres Copas de Europa consecutivas entre 1971 y 1973, bajo la filosofía del ‘fútbol total’ de Rinus Michels. Junto a Johan Cruyff, Neeskens formó parte de un mediocampo que transformó el deporte para siempre, redefiniendo lo que significaba atacar, defender y controlar el balón.
"Tenía el valor de dos jugadores en el centro del campo", comentó Sjaak Swart, su compañero en el Ajax, en una declaración a FIFA.com. Neeskens era famoso por su capacidad para incidir en todas las zonas del campo, aportando tanto en la creación de juego como en la contención defensiva.
Protagonista en dos finales del Mundial
El nombre de Neeskens está íntimamente ligado al éxito de la Naranja Mecánica, la selección neerlandesa que alcanzó las finales del Mundial en 1974 y 1978. En el torneo de 1974, Neeskens anotó cinco goles, siendo solo superado por el polaco Gregorz Lato en la tabla de goleadores. En la final de ese año contra Alemania Federal, el neerlandés estableció un récord al marcar el gol más rápido en la historia de una final de la Copa del Mundo, con un penal convertido en el minuto 2, antes de que los alemanes tocaran el balón.
Aunque Países Bajos no logró alzarse con el título en ninguna de las dos ocasiones, el equipo dirigido por Michels y liderado por Cruyff y Neeskens dejó una huella imborrable en la memoria colectiva del fútbol.
De Ajax a Barcelona: El 'Johan II'
En 1974, Neeskens siguió a Cruyff al FC Barcelona, donde fue apodado cariñosamente como el ‘Johan II’ por la afición culé. Durante su etapa en el club catalán, jugó 233 partidos y anotó 54 goles. Se destacó por su potente juego aéreo y su habilidad para convertir penales con una precisión temible.
En Barcelona, ganó la Copa del Rey en 1978 y la Recopa de Europa en 1979, antes de finalizar su carrera en Europa para unirse al New York Cosmos en Estados Unidos.
Neeskens fue más que un jugador talentoso; fue el ejemplo perfecto del compromiso y la entrega absoluta al fútbol. "Siempre me gustó jugar con estilo y ganar", confesó una vez. Y así lo hizo, marcando una era tanto en el Ajax como en la selección neerlandesa y el FC Barcelona.
La noticia de su fallecimiento marca el final de una era, pero su legado y la influencia que tuvo en el juego seguirán vivos en la memoria de todos los aficionados al fútbol. Johan Neeskens, el motor imparable de la Naranja Mecánica, se despide, pero su historia seguirá corriendo en los campos de juego donde el fútbol total aún late.
Oda al buen fútbol: En honor a Johan Neeskens
Oh, Neeskens, motor incansable,
en ti el fútbol halló su marcha imparable,
un corazón de acero en la batalla,
un genio con el balón, siempre al frente de la marea.
En el Ajax forjaste tu nombre en el hierro,
junto a Cruyff, el líder, el astro etéreo,
pero fuiste tú, con tu carrera valiente y feroz,
quien transformó el campo en sinfonía y voz.
Tu penal en el Mundial, dos minutos y un récord,
no fue la velocidad, sino el temple lo que quedó,
un latido de nervios que, en tu último paso,
cambió el destino, disparo certero, en el centro del ocaso.
Oh, Naranja Mecánica, máquina de sueños,
dos finales, dos derrotas, pero siempre el dueño,
del respeto, del arte, del fútbol total,
tu energía inagotable, un poema en espiral.
Eras el "Johan II", sin importar el número,
en Barcelona hallaste un hogar,
tus cabezazos y penales como misiles al firmamento,
la afición te cantó, te amó sin cuestionar.
Y aunque la gloria del título escapó a tus manos,
Neeskens, tu legado es de gigantes, no de humanos,
en cada césped, en cada balón,
vive el eco de tu implacable pasión.
Oh, Johan Neeskens, en el eterno estadio del cielo,
corre sin cesar, como en aquellos tiempos,
cuando tu fútbol fue más que victoria o derrota,
fue la poesía hecha deporte, fue el alma rota.
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