Indígenas de Panamá reviven juegos ancestrales para fortalecer la igualdad de género
Participaron todos los miembros de la comunidad, incluyendo niños, adultos y personas de la tercera edad. Uno de los eventos más coloridos y emotivos del país.
AFP
07:08 p. m.
Dieciséis mujeres -ocho de cada lado- halan fuertemente de una cuerda sobre un descampado, entre vítores y aplausos de un centenar de espectadores de la competición de soga en los Juegos Ancestrales Indígenas de Panamá.
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Descalzas, visten largos vestidos tradicionales de manga corta y colores vivos: rojo, amarillo, rosado o azul, con algunos detalles geométricos o lineales. En su semblante se refleja el esfuerzo.
"Aquí venimos a demostrar que la mujer también tiene fuerza y tiene el derecho a la igualdad", dice a la AFP la indígena buglé Milka Juárez, una de las participantes en la competición de soga.
Pese al sudor, algunas mantienen la pintura tradicional de su etnia en el rostro. Con fuerza, se aferran al piso y tratan de evitar ser arrastradas por sus rivales hasta la línea que determina al perdedor.
"Nosotras podemos también, tenemos mucha fuerza, venimos de la montaña, allá los varones se caracterizan por halar leña, nosotras también lo hacemos y allá se hace, naturalmente, todos los días", añade Juárez.
La tercera edición de los Juegos Ancestrales Indígenas en Panamá, que busca rescatar las tradiciones de los pueblos originarios del país centroamericano, concluyó el sábado tras cuatro días de competiciones en las que participaron 250 personas de las siete etnias del país.
Los juegos se celebraron en la aldea Pueblo Nuevo, Burí, en la comarca indígena ngäbe-buglé, y en el puerto Chiriquí Grande, en la provincia de Bocas del Toro, 520 kilómetros por carretera al noroeste de Ciudad de Panamá.
Los competidores mostraron sus habilidades en tiro con arco y flechas, lanzamiento de lanza, carreras de 100 metros y 10 kilómetros, cargada de troncos, competición de soga, natación y canotaje.
Pero según organizadoras y participantes, la justa también permitió visibilizar la igualdad de género existente en sus remotas localidades.
"Nos sentimos iguales porque nosotras como mujeres también tenemos esa valentía, igual que el hombre, para competir", ahonda Mariana Marcusi, una indígena ngäbe.
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En las montañas, la selva y zonas de difícil acceso, las indígenas realizan actividades que tradicionalmente son asociadas al hombre, como cargar troncos, cortar leña, pescar o cazar.
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Por eso participan en los juegos ancestrales desde su primera edición, en 2017.
"Lo que hace el varón es casi igual, parecido a lo que hace la mujer, en ciertos aspectos", dice Juárez luego de halar la soga.