El fracaso de la Selección Colombia en los Olímpicos de Barcelona 92: “Todos nos subimos de peso”
Faustino Asprilla hizo parte de aquel equipo del que se esperaba mucho y se desordenó en España. “Tino: no nací para perder”, en RCN.
Noticias RCN
09:53 a. m.
La Selección Colombia protagonizó un partido histórico ante Brasil en el Preolímpico camino a Barcelona 1992. Brilló la dupla entre Iván René Valenciano y Faustino Asprilla, dos de los mejores delanteros en la existencia de nuestro fútbol y quienes fueron vendidos al balompié italiano.
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Justamente, tras una lluvia de elogios que recibieron, Valenciano y Asprilla arribaron a la ciudad catalana creyendo que todos los conocían. Pero no. El equipo masculino de fútbol llegó a la Villa Olímpica, colmada de atletas, y fue poca la atención que captó. La cabeza, y el creerse más que los demás, les jugó en contra.
“Faustino y yo llegamos con gafas puestas, de primeras, como si la gente nos reconociera”, admitió Valencia en Tino: no nací para perder. “Ni nos hicieron caso”, admitió Víctor Hugo Aristizábal, otro atacante de aquel plantel.
El fracaso de la Selección Colombia en Barcelona 1992
Y Colombia perdió con una España anfitriona en la que jugaban, entre otros, Guardiola y Luis Enrique. Después solo le pudo empatar a Catar y perdió 4-3 contra Egipto. Batacazo y eliminación para un conjunto que finalizó último en el Grupo B.
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“Todos le dijimos que era muy bueno ese equipo. Todos aplaudimos la tarea de Hernán Darío (técnico), de Faustino, de Valenciano, de Hárold… pero llegaron a Barcelona y estaban convencidos de que iban a ser campeones”, contó el periodista Iván Mejía.
La Selección Colombia se desordenó en la alimentación
Además, al ver cómo atendían a los deportistas en la Villa Olímpica, los jugadores se desconcentraron y se desjuiciaron en la alimentación. Se servían grandes cantidades de comida en cada momento que les tocaba alimentarse, en cada restaurante… comían helados y gaseosas y se subieron de peso, lo que, como consecuencia, hizo que bajaran el rendimiento.
“Todos nos subimos de peso. Había máquinas de helados, de gaseosas, hamburguesas 24 horas gratis…”, confirmó Faryd Mondragón, arquero de aquella selección colombiana.
Por su parte, Faustino Asprilla y sus compañeros llegaban tarde por estar jugando a los bolos. “Parecía solteros contra casados… una recocha”, concluyó Valenciano.