Según el informe 'En la sombra de la violencia: Periodistas y trabajadores/as de medios asesinados en 2018', Yemen, India, México, Afganistán y Siria registraron las cifras de asesinatos más altas mientras que el Sudeste asiático se convirtió en la zona más peligrosa para ejercer la profesión.
El 90% de los asesinatos de periodistas quedan sin resolver
El documento afirma que la impunidad de esos crímenes es casi total pues las autoridades fracasan a la hora de investigarlos de forma creíble.
"Necesitamos un instrumento internacional que obligue a todos los estados a tomar medidas para frenar el asesinato de periodistas y llevar a los asesinos ante la justicia", afirma Philippe Leruth, presidente de la FIP.
Por su parte, la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) afirmó que el panorama para los periodistas en el continente americano no es bueno. Son asesinados, agredidos o apresados, además hay represión y censura.
A la SIP le preocupa que "en casi todos los países existen campañas de estigmatización, enarboladas por líderes democráticos, que buscan restar credibilidad a la prensa para gobernar con mayores comodidades".
Señala que no hay motivo para celebrar cuando en Venezuela no se respeta el derecho a la información o en Nicaragua se allanen y clausuren medios. También se persigan a los comunicadores para revelar fuentes, como sucede en Canadá o "se promueven proyectos de ley que afectarían el ejercicio del periodismo en Chile, Colombia y Costa Rica".
En Argentina, Chile y Costa Rica "se aplica en forma discriminada el derecho al olvido"; en Bolivia "se asfixia económicamente a los medios"; en "casi todos los países" se "restringe el acceso del público a la información gubernamental" y en Perú "se criminaliza la opinión".
Entre tanto, Reporteros Sin Fronteras (RSF) indica en términos de Latinoamérica, que Venezuela es el país con más casos de violación a la libertad de prensa. Le siguen México, Nicaragua, Colombia y Honduras.
Solo el 9% de la población en el mundo goza de una libertad de expresión buena
Así lo afirmó Fabiola León de RSF. "Eso quiere decir que el resto no tenemos información para poder batallar en contra de la corrupción, el narcotráfico, esos fenómenos que impiden que la democracia florezca”.
El grupo en defensa de los Derechos Humanos Voces del Sur (VDS) en su informe sobre libertad de expresión destacó que la violencia, la impunidad y el autoritarismo están afectando a Latinoamérica de manera negativa, que en 2018 sufrió 734 agresiones a la prensa en ocho países analizados: Argentina, Bolivia, Ecuador, Honduras, Nicaragua, Perú, Uruguay y Venezuela.
Según recoge el informe, más de la mitad de las agresiones reportadas fueron perpetradas por los Estados o bien por actores con vínculos directos a las estructuras del poder político o económico.
También señala que es una amenaza para el ejercicio de la profesión periodística el aumento de grupos de crimen organizado y narcotráfico.
La situación en Colombia
La intimidación y las amenazas en Colombia no paran. El reciente informe de la Fundación para la Libertad de Prensa (Flip) asegura que en lo corrido de 2019 se han presentado 124 violaciones a la libertad de prensa en el país.
Se reportan 35 casos son amenazas a periodista, además de denuncias de acoso judicial a los reporteros y negación de información por parte de entidades públicas.
Las regiones donde más agresiones a la prensa se han presentado son: Bogotá conel acoso judicial como la agresión más común y Cauca donde la mayoría de los casos se registran durante el cubrimiento de las manifestaciones sociales.
La Flip asevera que los mayores agresores a la prensa están en el anonimato, 37 violaciones fueron ocasionada por agresores desconocidos .
"En los primeros meses del año, la Fundación ha registrado 21 violaciones a la libertad de prensa provenientes de funcionarios. En nueve ocasiones los empleados estatales les negaron el acceso a la información a los reporteros y en cinco más obstruyeron la labor periodística".
Nicaragua y Venezuela
En esos dos países se han reportado 234 y 196 agresiones respectivamente, según VDS. Aunque tampoco se quedan atrás los países del Triángulo Norte de Centroamérica -El Salvador, Honduras y Guatemala-, México y Brasil.
Estos Gobiernos, independientemente de su signo ideológico, han convertido a los periodistas "en el centro de los ataques", algo que se puede ver "de forma casi masiva en casi toda la región", según indicó César Ricaurte, representante de la Fundación Andina para la Observación y Estudio de Medios (Fundamedios).
En Nicaragua, por ejemplo, la ONG Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), calificó la realidad del periodismo en ese país como un "panorama sombrío", especialmente para "los periodistas independientes que han sido los portadores de las denuncias de las violaciones a los derechos humanos de los nicaragüenses (...), a pesar de las adversidades y el hostigamiento de un régimen corrupto".
Las violaciones van desde el asesinato del periodista Ángel Gahona, el arresto de los periodistas Lucía Pineda Ubau, Marlon Powell y Miguel Mora, así como agresiones físicas, amenazas, asedio, robo de equipos, cierre o confiscación de medios, lo que ha llevado al exilio a más de 60 comunicadores.
Mientras tanto en Venezuela, según indica la presidenta de la SIP, María Elvira Domínguez, no se respeta "el derecho de los venezolanos a acceder a información a través de cualquier medio y plataforma disponible" y se reprime "las manifestaciones ciudadanas".
Organizaciones gubernamentales reportan que en 2019 al menos 66 periodistas han sido arrestados de manera arbitraria, 39 agresiones físicas y 154 comunicadores han sido afectados.
Datos de Reporteros Sin Fronteras señalan que “los periodistas son objeto cada vez más frecuente de agresiones durante las manifestaciones, detenciones arbitrarias –durante las cuales suelen ser sometidos a agresivos interrogatorios–, así como la destrucción de sus equipos”.
Añadió que se ha vuelto rutina expulsar del país a reporteros extranjeros que no son del agrado de las autoridades.
El papel de la prensa libre para la democracia
Según la Organización de Naciones Unidas (ONU), en los últimos años "el espacio cívico ha estado reduciéndose en todo el mundo a un ritmo alarmante" y, en medio de un aumento de la "retórica contra los medios", también crece la violencia y el acoso contra los periodistas.
Casi un centenar de profesionales de los medios fueron asesinados en 2018 y centenares fueron encarcelados, según datos de la Unesco.
"Estoy profundamente preocupado por el creciente número de ataques y por la cultura de impunidad", señaló António Guterres, secretario general de la ONU. Insistió en que cuando se va a por los periodistas toda la sociedad "paga un precio".
Guterres denunció los ataques contra los medios de comunicación y defendió el papel esencial que una prensa libre tiene para la democracia, sobre todo en periodos de elecciones:
Ninguna democracia es completa sin acceso a una información transparente y fiable
“Es el pilar para construir instituciones justas e imparciales, exigir responsabilidades a los líderes y enfrentar al poder con la verdad (…) Los hechos y no las falsedades deberían guiar a la gente cuando elige a sus representantes", señaló el secretario General de la ONU.
El Día Mundial de la Libertad de Prensa fue instaurado en conmemoración de la Declaración de Windhoek, un documento redactado en 1991 durante una reunión de periodistas africanos impulsada por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).