La desoladora historia del niño que murió abrazado a su perro en los incendios de Hawái
La madre del menor tardó varios días buscándolo, por lo que pensó que había alcanzado a escapar del incendio.
María Fernanda Cuéllar
08:00 p. m.
Los incendios forestales en Hawái, Estados Unidos, han generado angustia e incertidumbre en todo el mundo. La tragedia ha cobrado la vida de decenas de personas y otra gran parte de la población se ha quedado sin hogar.
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Una de las víctimas mortales fue el pequeño Kenyero Fuentes, de 14 años de edad, quien fue hallado muerto en su vivienda en la localidad de Lahaiana luego de que su madre, Luz Vargas, lo buscara por días.
El hogar del menor fue consumido por un incendio forestal originado en un bosque aledaño. Las llamas arrasaron con gran parte de las viviendas ubicadas alrededor.
La tragedia ocurrió el pasado 8 de agosto, cuando Kenyero se encontraba en su habitación. En ese momento, sus familiares estaban en sus lugares de trabajo. Al ser notificados del incendio, Vargas y su esposo corrieron hacia el vecindario y se percataron de que su casa había sido consumida completamente por el fuego.
"Todos estaban huyendo de las llamas, pero nosotros estábamos corriendo hacia ellas. Los tres nos separamos a pie para que al menos uno pudiera llegar a la casa, porque pensábamos que el niño estaba durmiendo", señaló la madre en una entrevista con el medio local 'NPR'.
Las autoridades no dejaron acercarla al lugar, puesto que estaban apagando las llamas y le informaron que todas las personas presentes habían sido evacuadas: “Me dijeron que no quedaba nadie. Que lo buscara lejos del fuego”.
Desde ese momento, Vargas conservó la esperanza de que su hijo hubiese escapado a tiempo. Duraron días buscándolo en 'Beach Park', en donde estaban refugiando a los afectados por los incendios. Incluso fueron a medicina legal, pero el pequeño no aparecía por ningún lado.
El desolador hallazgo
No fue sino hasta el 10 de agosto cuando los familiares del niño pudieron regresar a ver los restos de su vivienda. Al llegar, el panorama fue sorprendente y desgarrador: el cuerpo de Kenyero estaba acostado en su cuarto, abrazado a su perro.
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"Pensé que solo sería cenizas o polvo, pero no fue así. Todos los muebles de la habitación estaban destruidos, pero mi niño y el perro estaban juntos, abrazados", afirmó Vargas en el medio anteriormente mencionado.
Posteriormente, el menor, quien estaba próximo a cumplir 15 años el pasado 20 de agosto, fue llevado a la comisaría para que lo quitaran de la lista de desaparecidos y lo registraran como víctima mortal del incendio.