¿Por qué Corea del Norte detesta a Joe Biden y lo llama "perro rabioso?
"Los perros rabiosos como Biden pueden hacer daño a mucha gente si se los deja en libertad. Hay que matarlos a palos", dijo la agencia oficial KCNA en 2019.
Noticias RCN
05:13 a. m.
Entre insultos y apretones de manos, Kim Jong Un y Donald Trump tuvieron malos y buenos momentos. Pero el presidente estadounidense jamás inspiró a Corea del Norte el odio que profesa a Joe Biden, un "perro rabioso" al que hay que "matar a palos".
El inquilino de la Casa Blanca, que no se cansa de celebrar su cercanía con el líder norcoreano, ya ha prometido cerrar "muy rápidamente" un acuerdo con Pyongyang si es reelegido el 3 de noviembre, pese a que el proceso diplomático entre ambos países están en punto muerto desde hace 20 meses.
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No cabe duda, según los expertos, de que si gana Biden, su enfoque será totalmente diferente.
Corea del Norte detesta a Biden por su rol como vicepresidente en la administración Obama y su doctrina de "paciencia estratégica". La idea era rehusar cualquier diálogo con el régimen norcoreano si éste no hacía antes concesiones.
En noviembre de 2019, la agencia oficial KCNA dirigió un ataque de una inusual violencia contra el candidato demócrata.
"Los perros rabiosos como Biden pueden hacer daño a mucha gente si se los deja en libertad" lanzó la agencia. "Hay que matarlos a palos".
No más "cartas de amor"
El régimen norcoreano ha hecho suyo uno de los apodos que le da Trump a su adversario, "Sleepy Joe" ("Joe el durmiente").
Biden considera que el actual presidente ha ido demasiado lejos en el acercamiento al líder norcoreano, y reiteró que no se reunirá con Kim de forma incondicional, y que le exigiría antes una promesa de desnuclearización de la península coreana.
"La administración Biden no escribirá cartas de amor" ironizó, aludiendo a los intercambios epistolares entre Trump y Kim.
El jueves, durante el último debate presidencial, el candidato demócrata fustigó la amistad forjada por Trump con un "hampón", al que comparó con Adolf Hitler.
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Según Andrei Lankov, profesor en la Universidad Kookmin de Seúl, Pyongyang espera que Trump obtenga un segundo mandato.
"La elección de Joe Biden llevaría a un callejón sin salida", explica Lankov a la AFP. "Si Donald Trump es reelegido, (los norcoreanos) serán cuidadosos durante un tiempo, con la esperanza de sacarle concesiones".
El inicio de la presidencia de Trump estuvo marcado por intercambios de insultos que contribuyeron a agravar en 2017 las tensiones. Pero la distensión se produjo con los Juegos Olímpicos de invierno de 2018.
Reunión histórica
Ese año, Donald Trump se convirtió en el primer presidente estadounidense en reunirse, en Singapur, con un líder norcoreano.
Kim y Trump volvieron a encontrarse dos veces, en Hanói y en la Zona desmilitarizada (DMZ) en la fronteras entre las dos Coreas, pero las negociaciones nucleares no condujeron a nada y probablemente Pyongyang no ha dejado de proseguir sus programas militares prohibidos. A principios de octubre, en un desfile exhibió un misil balístico intercontinental.
Chung Min Lee, del Carnegie Endowment for International Peace, saludó recientemente los esfuerzos de Trump por acercarse a Kim. "El problema es lo que ha hecho con ello" afirma, al denunciar las malas motivaciones del presidente de Estados Unidos.
"Trump estaba obnubilado por la idea de que Kim Jong Un iba a permitirle de una u otra forma imponer en Estados Unidos la imagen del presidente que trajo la paz a los coreanos", señala.
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La elección de Biden supondría un retorno a un proceso diplomático clásico, según el embajador de Corea del sur en Washington, Lee Soo-hyuck, es decir largas negociaciones a nivel de consejeros en lugar de reuniones de alto nivel entre dos dirigentes.
Los consejeros de Biden en temas de diplomacia y seguridad han ocupado importantes puestos en la administración Obama, recuerda el embajador.
"Más que un enfoque vertical de arriba hacia abajo, espero que las políticas sean elaboradas y propuestas al nivel de grupos de trabajo y aprobadas por el presidente", agregó.
Entretanto Pyongyang seguirá de cerca la presidencial de Estados Unidos, reservándose en todo momento la posibilidad de probar sus más recientes misiles.