Se conmemoran 20 años de la masacre de El Salado, Bolívar
Hace veinte años la barbarie se tomó uno de los pueblos más prósperos de los Montes de María, allí se vivió una de los episodios más dolorosos en la historia de nuestro país.
Noticias RCN
10:43 a. m.
Una vía angosta, pavimentada, de unos veinte kilómetros desde El Carmen de Bolívar y que por momentos se pierde en la inmensidad de los Montes de María, conduce a El Salado; escenario de uno de los más dolorosos episodios de violencia en Colombia.
20 años han pasado y aunque su gente aún siente que se le remueve el alma en medio de los recuerdos, pesa más su fortaleza.
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"A esta altura nos sentimos que ya podemos hablar sin llorar, podemos contar sin resentimiento, porque tenemos que curar nuestros corazones. Entonces estamos tranquilos en nuestro territorio y porque estamos con nuestras familias”, expresa una de las sobrevivientes, Dioselina Torres.
Todo empezó el 16 de febrero del 2000
Los rumores de una posible incursión paramilitar en este corregimiento llegaron a todos los rincones de El Salado y sus once veredas.
“Pensamos que venía el Ejército y nunca nos imaginamos ni se nos pasó por la mente eso. Pero nos dimos cuenta que no, que realmente venían era a acabar con la comunidad, porque según ellos venían a acabar con todo lo que tuviera vida aquí, que después de que estuvieran todos muertos iban a echar gasolina y a prender todo aquí”, narró la mujer.
El 18 de febrero, cuando todo dejó de ser un rumor, la cancha deportiva ubicada junto a la pequeña iglesia de la población, fue epicentro del cruel ataque dirigido desde la cúpula del bloque norte de las Autodefensas Unidas de Colombia, en cabeza se Salvatore Mancuso y ‘Jorge 40’ en el que perdieron la vida treinta personas.
Todo ocurrió frente a la mirada impotente de sus familias.
Fueron unos días terribles, desagradables e inolvidables momentos supremamente de angustia, de dolor, de desespero, de tristeza, de impotencia más que todo. Nos sentíamos impotentes a estar en esa situación porque no podíamos hacer nada, o sea, todo apuntaba a que si quiera movíamos las pestañas podría ser nuestro último momento”, cuenta un sobreviviente.
Ese día, según los salaeros, los paras con sus armas celebraron a ritmo de tambores. No solo acabaron con la vida de sesenta personas en el pueblo y sus veredas, también, destruyeron el futuro de más de 5.000 habitantes, en su mayoría campesinos.
"Esta guerra no era nuestra, no teníamos ni poner esos muertos que pusimos ni pagar por algo que nosotros hoy, no sabemos por qué lo hicieron”, asegura otro de los pobladores.
El miedo y el dolor llevaron a este, uno de los pueblos más prósperos de los Montes de María, a convertirse en un pueblo fantasma durante dos años, cuando a riesgo propio, algunos decidieron regresar.
"El pueblo no se veía, las casas no se veían, cuando yo llegué en noviembre el pueblo estaba un poco más limpio, en esa época éramos tan unidos, que, si tú en tu casa no tenías comida, el vecino tenía y tú también tenías, eso es lo que nos hace falta hoy”, comenta uno de los pobladores que regresó.
Durante años, los salaeros han trabajado con el propósito de reescribir su historia. Dicen haber entendido que la mejor forma de vencer el miedo es enfrentándolo y descubriendo que hay detrás de él, no hay nada más.