No pienso amordazarme por miedo
Las bodegas a sueldo que se dedican al sicariato moral no son nuevas y tampoco son exclusivas de un solo sector del espectro político.
07:53 a. m.
Las bodegas a sueldo que se dedican al sicariato moral no son nuevas y tampoco son exclusivas de un solo sector del espectro político. Lamentablemente el debate en redes sociales se ha degradado a tal punto, que ya es común que sean los mismos políticos (inclusive de mi propia bancada) quienes contratan a los mal denominados “influencers” para matonear a quienes les estorban o para hacerle propaganda a sus proyectos.
El ataque del que he sido blanco en redes sociales ha sido inclemente y sistemático. Viene de hace muchos meses y el modus operandi no ha variado ni un milímetro: un grupito de trolls repite de manera coordinada y sistemática las mismas mentiras una y otra vez con el ánimo de desprestigiarme e instalar en la opinión pública la narrativa según la cual soy un traicionero, un infiltrado amigo de los clanes políticos de la oposición, un negociador de puestos para los Char y hasta un uribista camuflado. En definitiva: UN MANGUITO.
Jamás aportan pruebas. Se valen de fotos viejísimas que son parte de mi antiguo trabajo como presentador y actor para aseverar que soy amigo íntimo de la derecha colombiana. En días pasados el exsenador Gustavo Bolívar, en un nuevo ataque en mi contra, dijo en una entrevista a Vicky Dávila que según él yo he debido lanzarme por Cambio Radical o por el Centro Democrático, desconociendo mi bandera laboral, la cual tiene más de una década, y que va acorde es a los principios de Colombia Humana (mi partido) y no a las convicciones de la derecha. Los derechos laborales son logros de la izquierda principalmente y aunque yo no haya sido activista político antes del año 2021, lo cierto es que desde el año 2012 es innegable que he alzado la voz como muy pocos para denunciar los abusos relacionados con el contrato de prestación de servicios y para defender la dignidad laboral y el derecho de todos y todas a un trabajo digno. Lo mío no es carreta, en el punto más alto de mi carrera me enfrenté a un gigante por la dignidad laboral y le gané. Gracias a ello quedó una jurisprudencia que respalda a cualquier persona que esté en la misma situación y demande a su empleador por haberlo contratado como independiente siendo en realidad empleado subordinado.
No pueden acusarme de votar en contra de mi bancada, de traicionar al Presidente Gustavo Petro o de beneficiar a la oposición desde mi puesto como congresista y presidente de la Comisión Séptima de la Cámara de Representantes. A mí nadie me regaló la curul, me la gané a pulso recorriendo palmo a palmo el departamento del Atlántico. Por eso le pudimos arrebatar una curul a los Char, algo que no habían logrado los partidos alternativos en más de dos décadas en mi tierra. ¿Qué ganan demeritando semejante esfuerzo colectivo? ¿Qué buscan repitiendo una y otra vez que Petro se dejó meter un Manguito en la costa? Yo me lo sigo preguntando. Es lamentable ver que esas granadas que buscan dinamitar al Pacto desde adentro van detrás de personas como María José Pizarro o como yo, quienes hemos sido leales al proyecto y nos mantenemos firmes defendiéndolo.
Los bodegueros no me perdonan que mi nombre haya (según ellos) desplazado a Migue Ángel del Río y me acusan de moverle la butaca. Nada más alejado de la realidad. Terminé siendo cabeza de lista porque el líder de mi partido, es decir el Presidente Petro, mandó a hacer una encuesta en el departamento sobre intención de voto y la gané yo. Él escuchó al pueblo. No fui impuesto, me eligió el pueblo. Además, una de las metas del Presidente es lograr una reforma laboral que dignifique al trabajador y por ello me invitó a seguir mi lucha desde el Congreso.
He intentado ser prudente y mantener silencio ante el matoneo, pero ya me cansé de poner siempre la otra mejilla, de ser el caballero que cierra el pico antes los ataques. Yo no soy pera de boxeo. Ya basta. Ya estuvo bueno. No le voy a aceptar a Bolívar ni a nadie que trapeen el piso con mi reputación y solo porque no respetan las decisiones que tomó el mismo Presidente. Cada vez que me tratan de Manguito le están diciendo al Presidente que es un inepto que metió en su bancada a un traidor. ¿Es Gustavo Petro un inepto? Claro que no. Lo que hay detrás de tanto ataque rastrero en redes sociales son bodegas de influenciadores pagos que se dedican a desprestigiarme mientras se la pasan con políticos en paseos, de fiesta en fiesta, en palcos costosos en conciertos y tomando whisky Macallan en restaurantes finos mientras planean quién será el próximo blanco.
Y lo digo con conocimiento de causa porque a mí me han buscado para cobrarme y la verdad es que no les he dado ni un peso, ni les pienso pagar. No es mi estilo. ¿Por qué no atacan a quienes sí están negociando con los Char? Obvio: porque esos sí pagan.
Desde que me posesioné en julio del año pasado, he defendido todos los proyectos del Gobierno y por supuesto los he votado a favor. En la Comisión VII, la cual presido, hasta el momento hemos aprobado 13 proyectos de ley, entre ellos el de la Ley Brazos Vacíos, el que busca crear una política de prevención del desperdicio de alimentos, el proyecto para regular los vapeadores y cigarrillos electrónicos, entre otros.
Además, en ningún momento he dejado de hablar de los proyectos que yo estoy defendiendo personalmente, ni manteniendo al público al tanto de mi posición sobre diferentes situaciones que han ocurrido en los últimos meses. Nunca ha sido difícil darse cuenta, ya sea por mis redes, como por el registro de mis votos, que estoy apoyando el proyecto del Presidente, que no he tenido una posición que trate de perjudicarlo, y, principalmente, que mi bandera laboral la sigo llevando y el trabajo se está haciendo.
Nada de eso es difícil de encontrar. Soy autor y ponente del proyecto más grande de dignificación del trabajo en el Estado. He hablado de eso múltiples ocasiones en los últimos cinco meses. He trabajado en mesas técnicas con el resto de mis compañeros en la comisión, el proyecto ha sido además revisado por la CUT, cuyos aportes fueron extremadamente valiosos. Es un trabajo de meses, un proyecto de ley pensado y repensado pero que además ha tenido un proceso extremadamente público. Y de eso nadie habla. En esto también tienen culpa los medios de comunicación que solo me buscan cuando mi nombre resulta envuelto en algún escándalo. De mi trabajo no hablan.
Aclaro que no estoy pidiendo aplausos por hacer mi trabajo. Pero cuando el trabajo es tan público y tan obvio, y sin embargo quienes te critican lo hacen con mentiras tan fáciles y flojas como que milité para la derecha o que legislativamente no se ha hecho nada, es claro que no hay cómo complacerlos, el odio es personal, y las críticas organizadas. Por ejemplo. Hace solo 2 días monté un hilo hablando a profundidad sobre las recientes circulares del Presidente con respecto a la contratación por prestación de servicios con el Estado para el año 2023. Hablé de la intención del Gobierno, de los posibles riesgos para la estabilidad laboral de contratar a solo 4 meses, de mi posición personal, y de la solución legislativa que considero está plasmada en mi proyecto de ley, el cual menciono hasta con el número de radicado para que quien quiera leerlo lo haga (el cual, por cierto, está dentro del orden del día en la Comisión VII desde el año pasado, ósea que es algo que se va a empezar a discutir muy pronto). Y no hay una sola reacción de aquellos influencers que llevan ya casi 2 semanas diciendo que yo no he hecho nada. Ni siquiera para decir que no les gusta el proyecto, o que ese es mi trabajo y no busque felicitaciones, o lo que sea. La realidad es que les gusta pretender que no trabajo para poder atacarme descaradamente, e ignorar todo lo demás.
A Gustavo Bolívar lo he criticado basado en argumentos, no en chismes. Y dando la cara, sin utilizar bodegas. Me parece incoherente que lleve años diciendo que el sueldo de los congresistas es muy alto y que renuncie a 5 meses de haberse posesionado (habiendo sido cabeza de lista) y que lo haga alegando que está metido en problemas financieros, que ese mismo sueldo que dice es altísimo no le alcanza y que se va a hacer una novela para RCN para recuperarse económicamente (RCN, canal que criticó hasta el cansancio). Además corre a Semana a que le den portada, cuando hace nada decía que era un medio prepago de la derecha colombiana. Todo eso me huele mal y me parece incoherente. Así como me parece incoherente que ataque a María José Pizarro sin ton ni son. Entiendo que a muchos no les guste que les toque a su intocable, pero al final del día, a mí me escogieron sobre todo para legislar. A estos influencers les gusta pretender que lo que realmente estamos haciendo legislativamente es lo que les importa. ¿Entonces por qué lo ignoran y viven concentrados en fotos de hace 10 años o en las peloteras de Twitter? Hay trinos que hice sobre Bolívar con 10 veces la cantidad de comentarios y retrinos que el último hilo que hice sobre los contratistas del Estado. Creo que es claro de las 2 historias cuál es la más relevante para el país, y sin embargo el foco lo ponen ahí, en la pelotera, no en el trabajo legislativo. Esto se lo debemos a “influencers” hipócritas, pero debo decirlo también, a los medios de comunicación tradicionales que también andan en una carrera por el clic fácil que genera el morbo.
Yo por mi parte este año continuaré con mi lucha laboral como ponente del proyecto de ley para evitar el abuso de los contratos de prestación de servicios. Además, lideraré la reforma laboral, la reforma pensional y la de salud que pasaran por la comisión de la que soy presidente. Estoy concentrado en eso.
Las difamaciones se callan con hechos, no reaccionando en redes a cada ataque, así que espero pasar la página y concentrarme en lo importante. Mi principal preocupación es sacar adelante los proyectos que necesita el país, no lo que piense de mí Wally, Lalis, Levy o Don Izquierdo. Todos mis esfuerzos están puestos en trabajar por el Pacto y por el país, no en que me aplaudan bodegueros que solo apoyan públicamente a quienes los tienen en nómina pues de eso viven. Se trata de un negocio muy rentable. Invito a mis compañeros a que no nos dejemos distraer y a que trabajemos unidos para sacar adelante el proyecto del cambio. El canibalismo al interior de la bancada no solo daña al Pacto y lo debilita, sino que también por ahí derecho lastimamos al país y defraudamos al electorado. Unidad y respeto. En esto consiste mi llamado.