Lo echaron
Guaidó fue un líder errático, sin duda alguna. En sus manos estaba hacer historia, pero no lo consiguió.
10:26 a. m.
Venezuela no deja de ser noticia y la situación política, económica y social es altamente preocupante. No hay democracia en el país y las persecuciones son latentes, no importa contra quien debido a que en los últimos días la corrupción, tortura y muerte ha sido noticia en las principales planas no censuradas de los medios que hacen hasta lo imposible para llevar una información esencial en un país amordazado.
Los veintitrés años de chavismo se resumen en destrucción, hambre, miseria, corrupción, exilio, y violación sistemática de los derechos humanos. La agenda de quienes se encuentran en Miraflores ha estado enmarcada en el resentimiento por quienes gobernaron en el corto periodo democrático del país. Si no existe democracia en Venezuela, mucho menos existe respeto a los derechos fundamentales, por lo que huir hacia países vecinos para refugiarse es la única opción que nos queda a los venezolanos y era, además, la única opción que tenía Guaidó, quién en los últimos días había recibido amenazas de encarcelación.
Guaidó fue un líder errático, sin duda alguna. En sus manos estaba hacer historia, pero no lo consiguió. Según comunicó a través de sus redes sociales, vino a Colombia con el objetivo de solicitar una reunión con las delegaciones internacionales que participaran en la tan importante cumbre a celebrarse hoy, también decía -palabras más, palabras menos- que temía por su libertad, puesto a que el régimen de Maduro había alzado nuevamente las amenazas en su contra.
Este capítulo marcó sin duda alguna un precedente a la cumbre que se convierte hoy en una nueva ventana -gústenos o no- en donde se discutirá cómo carajos se solucionará lo que ocurre en el país, o por lo menos, como se llega a un acuerdo para que la oposición y el gobierno regresen a México. Pero es imposible que el alto representante de la Unión Europea para asuntos exteriores, Josep Borrell, y los cancilleres de los 19 países participantes, no se pregunten ¿qué pasó?. Lamentablemente Guaidó les Guaidó la fiesta.
La cumbre, a la cual le apuesto por el bien de mi país, debe demostrar que no está parcializada hacia la tendencia que ahora solicita que se levanten las investigaciones de la Corte Penal Internacional; debe demostrar que no está en la tendencia de levantar las sanciones si no existe un cronograma fiable y creíble en el ámbito electoral. Los organizadores de esta cumbre deben, sobre todo, mantener sobre la mesa que se respeten los derechos humanos de quienes huyen por la crisis humanitaria compleja de Venezuela, porque nadie migra porque quiere, ni por las sanciones, migramos porque el actual sistema político nos obligó.
En esa mesa se debe discutir, además, lo que está pasando con los venezolanos (que son personas con necesidad de protección internacional) en la frontera con México y cómo garantizar que no mueran en un “albergue” de la Policía migratoria de ese país. Se debe discutir si se están violando o no los derechos humanos en la frontera de Chile y Perú, cuando la militarizan para impedir el paso de quienes buscan una nueva oportunidad de vida. Se debe hablar, guste o no, sobre las políticas migratorias de Trinidad y Tobago y de los venezolanos que han muerto en aguas trasatlánticas huyendo del socialismo.
Venezuela es un territorio en movimiento y se deben garantizar los derechos humanos de los más de 7 millones de venezolanos que en el exterior nos encontramos. Pero también se debe garantizar que en una negociación con el régimen de Maduro, nuestro voto valga y nuestra voz se escuche.
Mis mejores deseos de éxitos a la Conferencia Internacional Sobre el Proceso Político en Venezuela. Que prevalezca sobre cualquier cosa los derechos humanos de los venezolanos.
@FreiderGandica