Xenofobia y campaña política
Los candidatos xenófobos colombianos se parecen a aquellos jóvenes neonazis que pregonan la supremacía racial aria en estas tierras.
12:11 p. m.
Meterle xenofobia al discurso de campaña es una escandalosa confesión de ignorancia, un alevoso acto de irresponsabilidad, o las dos cosas al tiempo.
Es ignorancia, porque Colombia es un país de emigrantes. Más de 5 millones de compatriotas viven fuera del país. Paradójicamente, Venezuela ha sido su principal destino, producto de la violencia y las bonanzas del petróleo. Desafortunadamente, algunos han granjeado para los nuestros mala reputación, por sus actividades delictivas. Pero la mayoría de ellos, trabajadores y decentes, tienen que soportar las consecuencias de la estigmatización. ¿Les suena familiar?
Los candidatos xenófobos colombianos se parecen a aquellos jóvenes neonazis que pregonan la supremacía racial aria en estas tierras. Se hermanan en la ridiculez. Una simple consulta de su álbum familiar y del lugar de residencia de los suyos podría conducir a unos y a otros por los caminos de la sensatez.
Pero meterle xenofobia a la campaña también es irresponsable. No estamos ante nacionalistas trasnochados, sino ante candidatos pragmáticos que apelan a los hechos criminales protagonizados por personas y organizaciones originarias de Venezuela para cazar votos. No les importa que sus palabras asienten el odio y la intolerancia en las comunidades locales, causando estigmatización contra la mayoría de venezolanos migrantes, que son personas honorables. La política electoral no es solo para ganar votos, sino también para educar y construir una mejor sociedad.
Con esto no desconozco la complejidad de los fenómenos delictivos asociados a la migración. El delito trasnacional y la llegada de bandas criminales desde Venezuela tienen incidencia en el empeoramiento de la seguridad en las grandes ciudades, pero no son los únicos factores ni tampoco los principales. Ante el crimen, no hay salida distinta a la autoridad por parte del Estado, con las consecuencias penales y migratorias a que haya lugar. Ahí no hay discusión.
Lo preocupante es que el discurso xenófobo viene ganando terreno en el debate electoral colombiano. Experiencias recientes en España, Estados Unidos, Grecia e Italia, entre otros, han demostrado el impacto real de estos discursos en la seguridad, la tranquilidad y la calidad de vida de la población migrante presente en esos países -entre ellos, millones de colombianos-. No todas las ideas caben en la democracia; al menos, no aquellas que van en menoscabo de los derechos y libertades de grupos poblacionales específicos. Ojalá que la opinión pública encienda sus alarmas y el Estado colombiano mantenga su enfoque humanitario y garantista en la atención a la población migrante que ha llegado al país. Es lo consecuente con nuestra propia historia.
Director ejecutivo de Alianza In
@lopezjosedaniel