La deserción y sus efectos en la educación superior
Una pérdida de talento y capacidades en un sistema de educación cuyos esfuerzos se están quedando cortos.
09:02 a. m.
Actualmente, existe un problema que preocupa en gran manera a América Latina y es el tema de la deserción universitaria ya que en los últimos años se registra una disminución importante de personas que ingresan y culminan sus procesos en la educación superior. En este sentido, Colombia no es la excepción, puesto que cifras de Fedesarrollo revelan que, de 100 graduados de bachillerato en el país, solo 39 logran acceder y mantenerse en un programa de educación superior, cifra que supera el 70% en estratos 1 y 2 y es menor al 10% para los estratos 4, 5 y 6, explica un documento de la entidad.
El panorama es aterrador; esta problemática afecta sustancialmente la calidad de la educación en el país y la economía del mismo, pero tiene sobre todo varios efectos negativos en las personas, las familias y las instituciones. Por un lado, se acrecienta el sentimiento de frustración entre los jóvenes que no logran acceder y/o que abandonan sus estudios por diferentes razones y, por el otro, se afectan las instituciones de educación superior ya que se reducen las matrículas y como consecuencia se produce una pérdida importante de recursos que son necesarios para sostener los estándares de alta calidad y las inversiones en infraestructura que mantienen activos los ecosistemas de innovación y transformación de la academia.
Los gobiernos en Latinoamérica se han empeñado en buscar formas de disminuir la deserción, especialmente en la educación superior. Sin embargo, el panorama no es tan alentador en países como el nuestro. En Colombia, se observa una mayor incidencia de deserción en las instituciones técnicas y tecnológicas en comparación con las universidades oficiales y privadas. Una pérdida de talento y capacidades en un sistema de educación cuyos esfuerzos se están quedando cortos.
Frente a esta tendencia, existen muchas variables, pero el factor económico juega un papel determinante en la decisión de los jóvenes a la hora de ingresar y mantenerse en una institución educativa, puesto que el costo de la educación superior es cada vez más elevado y esto hace que las personas no cuenten con la capacidad de pagar su carrera. Así mismo, la falta de oportunidades laborales después de graduarse, el aspecto geográfico, la errónea orientación vocacional, el ambiente poco motivante y el desinterés por el estudio tradicional son otras causas de esta problemática.
Estas situaciones en su conjunto, que ya son frecuentes en las universidades e instituciones de educación superior, deben ser una señal de alerta temprana para intervenir a tiempo, detectar problemas y ofrecer soluciones oportunas. Las universidades deben ser las promotoras de estrategias que permitan analizar las distintas variables de abandono estudiantil, de manera que con esta intervención se ayude a no solo prevenir la deserción sino a erradicarla en un mediano plazo.
Algunas acciones para disminuir la deserción estudiantil pueden ser la mejora en los servicios de orientación vocacional y la red de información para que los estudiantes tomen mejores decisiones basados en información concreta y real, la creación de modelos educativos y estructuras curriculares flexibles, programas acordes con las necesidades de las regiones del país y los gustos e intereses de las nuevas generaciones, de la mano de la facilidad en términos de soluciones financieras a través de becas o subsidios que le permitan al estudiante continuar con su carrera, así como priorizar los programas de acompañamiento y tutorías.
Sin embargo, esta tarea no compete solo a las IES, sino que debe hacerse de la mano de los gobiernos, por lo tanto, es necesario fortalecer la relación Universidad-Empresa-Estado para tomar decisiones en bloque que fortalezcan el sistema educativo y brinden oportunidades realistas y concretas. Solamente así, Colombia podrá disminuir la tasa de personas que deciden abandonar sus estudios, frenando la formación del talento que requiere la industria, y aumentando las cifras de insatisfacción y frustración que se traduce en mayores índices de desigualdad y brechas de pobreza.
@F_UAMERICA
Rector de la Universidad de América