¿Qué les falta a los jóvenes de hoy? Juete
Estas son algunas herramientas para que no llegues a extremos.
06:00 a. m.
Por: Michael Sandoval*
@Libertariosed en Twitter
Muchos pensarán que sí y hoy quiero hablar de este tema, ya que la semana pasada se hizo viral un video de una madre castigando a su hijo a punta de correa porque aparentemente estaba participando de las protestas en Bogotá, el pasado 29 de abril veamos el video.
Los jóvenes de hoy no tienen control y están siempre de mal humor. Han perdido el respeto por los mayores, no saben lo que es la educación y carecen de toda moral, esta no es una frase mía, es una frase de Aristóteles, es decir, que la inconformidad de los adultos frente a los jóvenes no es una cuestión de esta época, sino que es una tendencia que se repite inexorablemente a través de la historia, así que el día de hoy quiero compartir algunas herramientas para que nunca te hagas viral por coger a juete a tus hijos.
Primero hagamos un diagnóstico de obediencia
Vas a responder a las siguientes preguntas si , no , a veces según corresponda
- ¿Necesitas gritar para que te obedezcan?
- ¿Tienes que repetir las órdenes varías veces?
- ¿Perdonas castigos que pones?
- ¿Piensas en general que tus hijos o tus alumnos son desobedientes?
- ¿Les amenazas con la llegada de su padre/madre o jefe de estudios?
- ¿Pones castigos sin avisarles?
- ¿Discutes las órdenes que das?
- ¿Corriges su mal comportamiento en público?
- ¿Amenazas con castigos que luego no cumples?
- ¿Dedicas más tiempo a reñir que a elogiar?
Si respondes sí o a veces a más de 3 ítems, posiblemente debas revisar la forma en que ejerces autoridad.
Si estás en esta situación debes tener en cuenta ocho componentes para ejercer correctamente la autoridad.
- Defines las reglas que deben cumplirse
- Tus hijos conocen las consecuencias de incumplir las reglas
- Avisa antes de poner los castigos
- Haces que cumplan los castigos que han merecido
- No reduces los castigos que pones
- Motivas positivamente para que mejoren su actitud
- Das órdenes con afecto
- Corriges en privado
Si sigues estos parámetros se podrán reducir de alguna manera el porcentaje de conflictos en tu hogar y quisiera profundizar en el primer punto, cómo establecer las normas, para que te lleves un plan de acción un poco más específico al momento de ejercer la autoridad.
¿Cómo establecer normas?
Pocas: Si exiges demasiadas cosas y mandas cosas innecesarias, eso va a desembocar en perdida de autoridad, por eso limita la exigencia, a pocas cosas los niños van a entender que estas pocas cosas los adultos van a perseverar en la exigencia, por eso reserven la autoridad a cuestiones importante y en lo demás sugerir.
Espaciadas: Las órdenes deben darse una por una y suficientemente espaciadas en el tiempo. Si se le dan una serie de órdenes en cadena al niño, lo más probable es que haga como si no hubiese oído.
Claras y específicas: El niño debe saber exactamente que se espera de él, debes describirle de manera precisa cuando se está cumpliendo o no, también un límite de tiempo, ya que cuando no se plantea se generan discusiones, son frecuentes las discusiones sobre todo cuando se hará la tarea o se cumplirá la norma.
Razonables: Deben ser adecuadas a la edad del niño, y debemos asegurarnos de que dispone de los recursos necesarios para cumplirlas y del tiempo necesario para hacerlo.
Razonadas: Para que la obediencia se convierta en responsabilidad, los niños deben entender las razones por las que se les pide algo, sobre todo a partir de los 4 años.
También es muy importante que entienda el concepto de obediencia y debe quedarle claro que todas las personas, independientemente de nuestra edad, debemos obedecer; obedecemos en el trabajo, en la calle, conduciendo. Obedecer no es cosas de niños, es bueno, obedecer porque es bueno para nosotros, nos ayuda a vivir en sociedad, a ser más libres y mucho más felices.
En positivo: Por lo general les decimos que no deben hacer, pero no les damos indicaciones precisas de lo que se espera de ellos, no es lo mismo decirle a un niño “No pierdas el tiempo después de clase” a “Cuando acabe la clase quiero que vengas directamente a casa”. De esta forma sabrán que deben hacer y no solo lo que no deben hacer, además cambia el repertorio de exigencia.
En el momento oportuno: No será tan fácil que tu hijo te obedezca si lo mandas a bañar cuando está viendo su serie favorita, así como tú tampoco irías a la tienda si están en la mitad de tu partido de fútbol de tu equipo favorito.
Empieza exigiéndole en aquellas cosas que le sean más gratas, para luego pasa a insistir en las que más le cuestan, realiza un listado jerarquizando de las que más le gustan a la que menos le gustan y ponle metas semanales para integrar cada semana una práctica de obediencia y al final gocen de un premio juntos, porque el trabajo es de ambos.
*Pedagogo en emprendimiento infantojuvenil