La Minga, un triste Caballo de Troya | Por: Miguel Jaramillo Luján

Por: Miguel Jaramillo Luján* 

@jaramillolujan en Twitter 

Un gigantesco Caballo de Troya llegó a Bogotá: por fuera 5.000 indígenas que reflejan bondad y una legítima proclama de los pueblos ancestrales, que es vulgarmente usada como disfraz de un puñado de politiqueros para el lanzamiento de su campaña al 2022. 

El movimiento indígena del suroccidente colombiano ha desplegado con su minga un clamor ancestral que es legítimo durante muchos años. Sin embargo, este 2020 lo hemos visto permeado por ciertos integrantes del círculo cercano al precandidato presidencial Gustavo Petro: Hollman Morris, recordando sus épocas en Contravía como reportero; el analista y contratista del gobierno Santos, Ariel Ávila; y el senador Gustavo Bolívar.

También allí vemos a cientos de integrantes del movimiento de la Colombia Humana con pancartas, arengas, provocaciones políticas en todo el recorrido, generando un mal sabor del objetivo de esta migración indígena a Bogotá. 

Resulta extraño que estos personajes sean siempre los voceros en videos y reportes de lo que ocurre en La Minga. ¿Por qué no dejan hablar a los indígenas? Extraño también ver a través de las herramientas de social listening –como lo estuvimos explorando-- las formas como las mismas bodegas digitales de Petro, hoy son las voceras de La Minga, multitudinariamente y en contra del Gobierno Nacional. 

¿Por qué no dejan hablar a los indígenas? ¿Para quién o quiénes es tan rentable mostrar a los Indígenas como limitados mentales, reducidos o cuasi civilizados?

La palabra ‘minga’  es una bella expresión que proviene del quechua --mink’a-- y que significa una antigua tradición de trabajo comunitario o colectivo con fines de utilidad social. ¿Esto se está cumpliendo con La Minga?

¿Son los líderes del Concejo Regional Indígena del Cauca, Cric, cómplices de esta intención política?  

¿Todos los dirigentes del movimiento indígena comparten las presiones ejercidas por algunos líderes en el Cauca para sancionar y violentar a quienes no se unieran a La Minga, como lo han denunciado varios integrantes de cabildos?

¿Qué dice el integrante de este Comité y de la organización indígena del país sobre el armamento incautado por el Ejército Nacional la semana anterior en un asentamiento habitado por algunos participantes de La Minga? 

Desde el Cric en su web dice: “Estar en minga es juntarnos todos y todas, es prestar nuestras manos, nuestro corazón, nuestros sentires y saberes para tejer un camino comunitario” pero en esta oportunidad sí queda la sensación de que La Minga perderá su legitimidad histórica por haberle vendido su alma al lanzamiento de un movimiento que apelará al caos real o provocado bajo la complicidad del gobierno distrital. 

*Magíster en Gobierno y Consultor en Comunicación Estratégica