Seis razones por las cuales los niños desobedecen

1. Autoafirmación

De los 2 a los 3 años los niños experimentan una crisis de oposición. Los niños descubren que son personas diferentes a los adultos, con posibilidades de independencia, e intentan AUTOAFIRMARSE oponiéndose a todo. Es la edad de “Diga usted, que yo me opongo”, de la terquedad, las rabietas y la oposición sistemática.

Se produce por un fortalecimiento del YO infantil que lleva al niño a intentar afianzar su personalidad frente a los adultos, sus leyes y sus órdenes. Un niño a esta edad disfruta “probando” la autoridad de sus padres y comprobando si sus deseos pueden más.

Esta es una etapa transitoria y el niño la necesita para crecer.

Entre los 3 y los 5 años, el niño entra en el periodo sensitivo de la obediencia. Es el momento de enseñarle a obedecer. Debes enseñarle a hacerlo de forma inteligente y con libertad, no por miedo a un castigo. Para ello deberás exigir al niño, combinando la exigencia con el razonamiento de lo que exige y acostumbrarle a seguir unas normas.

De los 9 a los 10 años suele aparecer una segunda fase de rebeldía, a esa edad aparece un espíritu crítico, que alcanza a sus padres y profesores, a los que hasta entonces tenía idealizados. El niño empieza a ver sus defectos y empieza a cuestionar su autoridad. A partir de este momento, para que obedezcan, deben ganarse su respeto.

2. Llamar la atención

Otros niños desobedecen para llamar la atención, cuando un niño se siente poco atendido o poco querido, es posible que se muestre desobediente para así reclamar la atención de sus padres, maestros o compañeros.

Por ejemplo, cuando los adultos están muy ocupados, cuando dedican poco tiempo a los niños, la desobediencia es el único medio que dispone el niño para que le presten atención, los niños prefieren que se les regañe o se les castigue a que se les ignore.

Los niños descubren que la única forma de que sus padres o su profesora le presten atención es peleándose o portándose mal.

Si tienes que ausentarte con frecuencia y pasas poco tiempo en casa, es probable que, a tu vuelta, el niño reaccione ante tu ausencia, mostrándose difícil. Es su forma de atraer tu

atención, de decirte “Aquí estoy ponme atención” si te muestras amable y compresivo, pronto recuperará su conducta habitual

3. Celos o envidia

El niño que siente celos o envidia puede reaccionar con conductas negativas si descubre que con estas puede convertirse en el centro de atención de los adultos.

4. Inseguridad e inestabilidad

Las discusiones frecuentes entre los padres, las descalificaciones de uno u otro, pueden llevar al niño a mostrarse rebelde e indisciplinado.

5. No sentirse aceptado

Cuando un niño no se siente aceptado por sus compañeros o profesores, pueden reaccionar con este tipo de comportamientos.

6. Aburrimiento

Si al niño no se le ofrecen los estímulos suficientes, reaccionará con conductas inadecuadas, por ello es fundamental evitar los tiempos muertos.

Por ejemplo, los momentos en donde hay más probabilidades en que los niños tengan un mal comportamiento son los domingos en las mañanas, donde los niños se la pasan en pijama y no tienen nada en concreto para hacer. Si se programan actividades se evitarán muchos problemas comportamentales.

En conclusión, en algunos casos es normal la desobediencia infantil, lo que debemos hacer padres y maestros es trabajar en cuatro claves fundamentales para administrar de manera correcta la autoridad, estas cuatro claves son:

1. Establecer normas.
2. Motivar y reforzar positivamente el cumplimiento de las normas.
3. Marcar las consecuencias que se derivan de su incumplimiento.
4. Ejercer bien la autoridad.

Escríbeme en los comentarios que otras maneras tú has encontrado para que te obedezcan o sino estás de acuerdo con este enfoque y cuál sería tu propuesta para así enriquecer la conversación al respecto.