El curioso caso de una guacamaya denunciada por robar cerveza y emborracharse en Santander
Sus dueños actuales manifiestan que los criadores del ave le enseñaron a tomar cerveza, y luego la dieron en adopción porque no se la aguantaban.
Noticias RCN
06:03 p. m.
“Arana está borracha. Loca y borracha”: estás repetidas palabras de una guacamaya colmaron la paciencia de los habitantes de varias veredas ubicadas entre los municipios santandereanos de Curití y San Gil.
El fin de semana, cuando las familias se reúnen para pasar un rato ameno y alegre en una finca campestre en medio de la inmensas montañas verdes y frondosas, se vio perturbado por el comportamiento de la guacamaya que, borracha por el consumo de cerveza, realiza una serie de escándalos que ya fueron puestos en conocimiento de las autoridades.
Noticias RCN comprobó cuál es la verdad de la ave amarilla y azul que, muy astuta, hace lo imposible para buscar una botella de cerveza en la inmensa finca donde vive hace 4 meses.
Su dueño contó a este medio que Arana llegó a su vida luego de que unas personas pasaran por la región dándola en adopción, argumentando que no la aguantaban más; sin embargo, confesaron que desde muy pequeña le enseñaron a consumir licor. No contaban con que, al crecer, el ave iba a protagonizar varios escándalos.
“Ya cuando creció llegaron los problemas en la casa. Molestaba mucho, muy grosera y era todo el día gritando que le pusieran una cerveza en la mesa”, comentó uno de los moradores de la finca.
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El sábado es el día en que precisamente la astuta ave está atenta a la llegada de los vecinos de la vereda que alquilan la mesa de billar, la mesa de ping pong, la cancha de bolo aéreo y otros se dedican al juego de cartas.
Es allí cuando Arana espera el momento propicio para colocarse tras la silla del jugador de naipe y ejecutar su plan, el que le permitirá embriagarse todo el fin de semana.
Cuando ve que la botella de cerveza es dejada en el piso no espera más; con una agilidad impresionante la toma por el pico y la voltea dejando el líquido esparcido para su consumo.
"Que conchuda ‘mano’, esa ‘jijuepuerca’ no deja botella sola. Ahorita se emborracha y a joder todo el día. Mucha cantaleta y pida y pida cerveza", narró un cliente del negocio.
Hay días en que el dueño del estableciendo la puede encerrar, pero otros donde le resulta imposible siquiera cogerla.
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Molestos por la conducta de Arana, e incluso porque el dueño se ve obligado a reponer las cervezas que se toma su mascota, el caso pasó a instancias judiciales. Los vecinos y visitantes alegan que se le debe dar un control a la guacamaya: “no más bebida, hay que encerrarla el fin de semana en su casa”, dicen.
El dueño atestigua que cumplirá con la decisión que se tome, pero recuerda que al ave le enseñaron a tomar cerveza desde su crianza y aunque le ha dado todos los brebajes y remedios, nada resuelve su adicción por el alcohol.
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Además, puntualizó que no permitirá que se la llave la Policía, pues a pesar de sus escándalos y problemas, asegura que “es muy educada, linda con los hijos y avisa cuando llega la clientela. Sería una noticia desagradable para la familia”.