Así la ciencia forense tumbó la versión del suicidio del subintendente John Armando García
Después de unos meses de cargar con el dolor, la familia del subintendente John Armando García obtuvo la prueba que tumbó la versión del suicidio.
Noticias RCN
10:31 p. m.
Luz Deicy tiene un rostro dulce, bonito, pero hay que ver cómo se contrae y cambia cuando habla de lo primero que les dijeron en la Policía Nacional tras la muerte de su hermano, el subintendente John Armando García Castiblanco. Él apareció con un disparo en el cabeza, un arma en la mano, sentado frente a un escritorio de la oficina 302 del edificio donde funcionaba la Dirección de Seguridad Ciudadana.
“La versión que ellos quisieron dar todo el tiempo fue que lo habían encontrado en su sitio de trabajo, que se había suicidado, se había disparado”.
Él entró poco antes de las 7:00 de la mañana a prestar guardia y, de acuerdo con declaraciones tomadas para la investigación interna, fue encontrado a las 7:15 de la mañana por uno de sus compañeros. Incluso fue llevado con vida, pero agonizante, a la Clínica del Country, en el norte de Bogotá, y la más cercana al edificio en el que trabajaba. Era el lunes ocho de agosto de 2016. Ella hace un gran esfuerzo para contener el dolor y el llanto cuando lo recuerda.
Era y aún lo es … siempre estuvo conmigo, fue una persona muy especial
Extraño contacto
Habían pasado unos 15 días tras la muerte de su hermano, cuando Luz Deicy fue sorprendida por la llamada de alguien con quien nunca había tenido contacto. Era la hermana de otro policía y le pedía que hablaran porque tenía algo especial que contarles.
Vea la primera parte de la historia: ¿Qué pasó con el subintendente de la Policía John Armando García? su familia no cree en un suicidio
“Recibí una llamada de una tal señora Sandra Azcárraga que me dice que tiene un hermano que trabaja en el quinto piso del edificio Amalfi donde murió mi hermano, donde lo mataron. Que lo que pasa es que mi hermano se le está presentando, que de pronto yo no crea en esas cosas y que ella quería saber la forma de cómo el hermano se podía comunicar conmigo para hacerme saber las cosas que mi hermano supuestamente le estaba transmitiendo”.
Ni ella ni su mamá creyeron nada, presintieron que había algo extraño en este contacto, y mucho más cuando la mujer le explicó a Luz Deicy el supuesto propósito del mensaje que les estaría enviando su hermano desde el más allá: “Que él lo que en sí quería era que como familia lo perdonáramos por lo que había hecho. Le dije sí, es que él no tiene que pedirnos perdón porque él no lo hizo, a él lo mataron”.
Primera verdad: la muerte del subintendente John García no fue suicidio
Nunca se reunieron y después de algunas llamadas dejaron de contactarla. Ya estaba cerca la verdad que aguardaban con paciencia, respaldada por un documento incuestionable. Así lo resume María Ascensión Castiblanco, madre del subintendente: “La necropsia dice claritamente. Dice: causas de muerte, golpe con objeto contundente, nuca, estrangulamiento de cuello, cuerpo sin forma de defensa”.
El médico cirujano y perito Rubén Darío Angulo analizó los resultados, a pedido de la familia de la víctima, para una demanda ante la justicia administrativa contra la Nación, para el caso representada por la Policía Nacional y el Ministerio de Defensa.
“Encuentro que el Instituto de Medicina Legal establece tres elementos de la muerte del hoy occiso: primero, maniobras de estrangulamiento, segundo trauma de alta energía en la nuca, y tercero, como elemento final, una herida en la región temporal de la cabeza”.
La última herida fue la que causó el disparo, pero se indica que cuando éste se produjo ya el abogado y subintendente estaba posiblemente inconsciente como consecuencia de las maniobras de estrangulamiento y el golpe en la nuca. “Es imposible que él haya disparado por la contundencia de las lesiones”.
Los análisis de Medicina Legal y del perito arrojaron un elemento adicional que desbarató aún más la versión del suicidio y que el papá de la víctima, Ángel Custodio García Valiente describe así: “Las manos de él estaban limpias, según Medicina Legal él nunca disparó ningún arma ni nunca nada. Inclusive la pistola no apareció, o sea esa pistola era de dotación de él y apareció en otro lado”.
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El experto médico forense lo explica de esta forma. “Hay un elemento fundamental de laboratorio que fue la absorción atómica. La absorción atómica establece que él nunca disparó un arma de fuego".
“Me gustaría verle la cara”: madre del subintendente García
Vuelve entonces a la memoria de María Ascensión Castiblanco la respuesta que les dio el hoy retirado coronel Gustavo Chavarro, cuando los recibió en su despacho y se negó a investigar lo ocurrido con su hijo: “… como me lo gritó el señor Chavarro, que había dejado organizado el radio, el libro, el celular y que lo encontraron con la pistola en la mano, que él se había dado el tiro”.
Y en otro momento de la entrevista, con mayor indignación y entre lágrimas dice: “Me gustaría verle la cara a ese señor, me gustaría verle la cara. ¿Qué opinión da para lo que me dijo, en la forma que me dijo? Es que ese día como que me aplastó contra el mundo”.
Luz Deicy, la hermana de John Armando, no olvida el silencio del director de la Policía Nacional de esa época cuando ella le habló del presunto acoso de un teniente a su hermano. Fue durante el saludo que les hizo en el funeral.
"Cuando él se acerca a darnos las condolencias por lo sucedido. le sostuve la mano, le comenté … le dije: como él están habiendo muchos acosados y él no está ahí porque se suicidó. Pues él simplemente después dijo gracias hasta luego y ya”.
Sin embargo, en contraste con esas respuestas, la justicia ya les dio un primer respaldo. El 25 de abril pasado fue dictada una sentencia que fue como un segundo bálsamo para esta familia.
Justicia por la muerte del subintendente John García: “La bendición más grande”
Después de casi 7 años de buscar justicia, con cierta humillación a cuestas, el juez 64 Administrativo y de Oralidad de Bogotá encontró responsable a la Policía Nacional por la muerte de John Armando García Castiblanco y ordenó a la Nación una reparación directa a sus padres y hermanos.
“Para mí fue la bendición más grande, ahí está mi diosito haciendo justicia, por fin salió, y todo sale a favor de él … mi vida ha cambiado totalmente de ahí para acá”, exclama la madre de la víctima.
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La hermana menor del subintendente sintió que esta decisión de la justicia permitiría callar murmuraciones y desde luego a quienes en la Policía dieron como un hecho el suicidio. Esto es lo que sintió al conocer la sentencia de reparación: “Alivio de algo que puede salir a la luz ,que no es solo tu palabra contra los demás, o contra los pensamientos de los demás, sino algo verídico, tangible, que se puede al fin tapar tanta cosa que dijeron de él”.
Sin embargo, una verdad mayor está esperando a ser descubierta ¿Quién o quiénes están en el trasfondo de este crimen? Eso es lo que padres, hermanos y toda la familia del subintendente quieren saber.
Y ahí estamos en ese mismo interrogante, no sabemos nada
Esta respuesta le corresponde a la Fiscalía que tiene muchos cabos sueltos por atar y que un comienzo dejó a un lado el expediente porque se atuvo a la versión del suicidio
“Lo único que logré sacar de la Fiscalía que un acceso al juzgado, pero de resto no sé nada, que lo pasaron de la Fiscalía al juzgado, duré como tres años bregando para poder sacar eso”, explica María Ascensión Castiblanco.
El papá del policía, en su finca de Siachoque, se hace preguntas a diario mientras intenta llevar su dolor: “Pues no sé, o sea quién tenga como culpabilidad en este cuento porque imagínese una persona así cómo se va a hacer todos esos martirios y sentarse y hacer todo eso”.
La ausencia de su hijo no es la única que cargan los padres de John Armando García. Hace unos años también intentan resolver la duda sobre el paradero del único hijo de este, su nieto. “La última vez que lo vimos él tenía tres añitos… cuatro años. El niño debe tener ahorita 12 añitos… 11, 12 añitos. La señora se perdió y ya no nos volvió a dejar ver el niño, o sea, hemos bregado a ver al niño y no se ha podido”.
La señora de la que hablan es Lorena, la mujer con quien el subintendente tuvo la relación más larga y un niño. “Cuando ella se dio cuenta que yo supe que había recibido toda la plata desapareció con el niño y no nos lo ha dejado ver, hace 4 años y medio".
Es un segundo misterio que intentan resolver, mientras esperan que el asesino, o los asesinos, de su hijo sean desenmascarados.