Las dificultades económicas hacen más difícil enfrentar la tragedia de un feminicidio
En la mayoría de los casos las víctimas de feminicidio eran madres cabeza de familia y proveedoras de su hogar.
Noticias RCN
09:54 p. m.
Carolina Becerra Roa tiene 31 años, dos hijos biológicos y una de corazón, su sobrina, a quien acogió desde hace siete años cuando mataron a su hermana. “Es muy difícil porque si para mí era difícil quitarme el pan de la boca para dos, ahorita quitármelo para tres es mucho más complejo”.
Diana Becerra Roa tenía 26 años cuando fue asesinada, respondía por su hija y ayudaba económicamente a sus papás.
“Ella trabajó en unas cabinas de un cuñado de ella, y luego, tuvo un barcito, al lado de la casa, y por último estuvo trabajando en Ciudad Limpia”, relató Ligia Roa, madre de la víctima de feminicidio.
Después de un día de trabajo, Diana salió a tomar una cerveza y nunca regreso. El hombre que aceptó haberla matado es Raúl Susa Rincón, un vecino del barrio que siempre se mostró interesado en ella.
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“Él utilizó unos métodos bastantes crueles para quitarle la vida a esta ciudadana, se valió de armas cortopunzantes y lo que tuvo a su alcance para poder hacerle daño (…) Los delitos por los cuales este ciudadano ha sido llamado es, homicidio agravado, concurso heterogéneo con acceso carnal violento. Este homicidio tiene unas circunstancias particulares de agravación”, señaló Luis Díaz Tabares, abogado penalista.
Al comienzo no aceptó cargos y después sí, o sea él se retractó no sé por qué
Sin embargo, como la víctima nunca tuvo una relación o un vínculo cercano con Susa Rincón, no se le imputó el delito de feminicidio y fue sentenciado a 25 años de prisión.
“Muchas veces los y las abogadas por no perder una sentencia condenatoria prefieren que se logre una sentencia condenatoria por homicidio agravado que por feminicidio porque incluso muchas veces en este sistema es muy difícil que le acepten las pruebas para comprobar que es un feminicidio, aunque esté muy claro”, explicó Estefanía Rivera Guzmán, coordinadora del Observatorio de Feminicidios de Colombia.
Para la madre de Diana la sentencia no es nada frente al daño que causó: “A una persona de esas deberían darle cadena perpetua de una vez porque qué más merece una persona así que haga tanto daño a una familia, los hijos. Ellos no tienen idea del mal que hacen”.
25 años para el daño que cometió y el mal tan grande que le hizo a la niña, eso no es nada
Lo que hace más difícil de entender esta sentencia es que Diana no habría sido la primera víctima de Raúl Susa Rincón.
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“Sabemos que él tiene un antecedente por homicidio agravado y el ciudadano por este delito fue condenado a 26 años de prisión los cuales pues, estuvo un tiempo como sindicado, incluso se encontraba en periodo de prueba de esa libertad condicional de ese delito, cuando cometió el delito con la señora Becerra”, aseveró el abogado penalista.
La falta de recursos económicos hace aun más difícil enfrentar la tragedia de un feminicidio
Muchas víctimas indirectas de feminicidio sufren todos los daños colaterales. Las tragedias de estas familias parecieran ser las mismas pero cada una vive una historia diferente. Y en medio de las dificultades sacan fuerzas para no dejarse derrumbar y hacerle frente a la vida.
Investigaciones acerca de la violencia de género concluyen que esta se presenta mayoritariamente en estratos 1, 2 y 3, lo que no solo hace más difícil para las familias sacar a los huérfanos adelante, sino que la falta de recursos económicos también entorpece el acceso a la justicia.
“Si identificamos es un continuum de la precarización de la vida de esa familia, incluso un empeoramiento en las condiciones económicas de esa familia que dependía económicamente de la víctima”, dijo la coordinadora del Observatorio de Feminicidios de Colombia.
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Mientas estas familias resisten a su tragedia esperan ser reconocidos como víctimas, que alguien en el Gobierno les lance un S.O.S y que la ley huérfanos por feminicidio sea aprobada.