Docentes víctimas de extorsión: las cuotas que pagan para poder dar clases
Testimonios de varios docentes en el país reflejan el temor y la angustia con la que viven diariamente cuando asisten a dar sus clases.
Noticias RCN
08:27 p. m.
Noticias RCN ha hecho un minucioso seguimiento al terrible escenario que se viene registrando en Colombia por cuenta de la extorsión, un flagelo que ha contaminado a ciudades como Bogotá, Barranquilla, Cali, entre otras.
Hasta el momento son varios los ciudadanos que se han atrevido a denunciar y a hacer públicos sus testimonios. Narraciones que cuentan los angustiosos momentos a los que se han enfrentado por culpa de los delincuentes dedicados a intimidar a los usuarios.
Sin embargo, esta problemática no solo viene afectando a los comerciantes del país, sino también a los docentes. Esto, debido a que, al escoger a sus blancos, el mapa no distingue clases sociales, tampoco género y mucho menos la labor que realizan sus víctimas, pero ingresar a las aulas y extorsionar a los profesores no solo de regiones apartadas, sino de principales ciudades del país se convirtió en el flagelo diario de muchos educadores.
Así lo confirma Guillermo Andrés Mosquera, rector del colegio San Carlos del Tambo, en Cauca, quien hoy cuenta su historia de milagro, pues por azares del destino, el día que tuvo al sicario al frente, su arma no se accionó.
“Me bajé del carro y se acercó un hombre armado por detrás. Accionó su arma cinco veces a menos de 50 centímetros de mi cabeza, un padre de familia me advirtió que me estaban disparando. Yo reaccioné y salí corriendo hacia el colegio”, señaló Mosquera.
Lea, además: “Estuve medicado”: el drama de un hombre que fue víctima de extorsión en Cali
Las amenazas que reciben los docentes del país
Este docente sabe lo que significa caminar en la cornisa de la muerte porque su vida ha corrido peligro en varias ocasiones. La primera vez que atentaron contra su vida fue en Argelia, Cauca, cuando el ELN intentó extorsionarlo y al no lograrlo, optó por ordenar su muerte debido a la labor que cumplía con su proyecto denominado “granjas de la paz”.
“Yo estoy trabajando para que los niños no se vayan a usar las armas, para que no se conviertan en narcotraficantes, pero empiezan a amenazarme por algo que éticamente está bien”, añadió.
Como consecuencia de esta situación, el rector Guillermo tuvo que separarse de sus alumnos en los dos colegios de manera presencial, aunque hoy día, desde la clandestinidad y a través de la virtualidad, intenta estar al tanto de la institución.
Mosquera es solo un nombre y un apellido de las decenas de víctimas que deja la extorsión. En Barranquilla, por ejemplo, les piden de 1.000 a 5.000 pesos a los docentes para poder dar clases.
Según José Ignacio Jiménez, presidente de la asociación de educadores en Barranquilla, “los maestros mensualmente están pagando vacunas de 20.000 pesos”.
Por otro lado, en Sabanalarga, a los docentes del Sena les llegó un panfleto enviado supuestamente por Los Costeños bajo la premisa de “plata o plomo”.
En Cimitarra, Santander, la situación no es menos grave. Miembros del Clan del Golfo ingresan a las aulas y amenazan a los docentes frente a los estudiantes. En Sucre y en algunas instituciones de Córdoba y Bolívar les exigen parte de su salario para dejarlos trabajar.