Arsenio Erico: de la guerra a ser leyenda del fútbol suramericano
Hace 108 años nació el legendario jugador paraguayo, máximo anotador en la historia del balompié argentino.
Noticias RCN
09:47 p. m.
“Él tenía, escondidos en el cuerpo, resortes secretos. Saltaba el muy brujo, sin tomar impulso, y su cabeza llegaba siempre más alto que las manos del arquero, y cuando más dormidas parecían sus piernas, con más fuerza descargaban de pronto latigazos al gol. Con frecuencia, Erico azotaba de taquito. No hubo taco más certero en la historia del fútbol”, así describió Eduardo Galeano, en su libro El fútbol a sol y sombra, a Arsenio Erico, el legendario paraguayo.
Nació el 30 de marzo de 1915 en Asunción y fue fichado por el Club Atlético Independiente, con el que se haría eterno, porque lo vieron jugar en una gira de la selección de la Cruz Roja, cuando se disputaba la Guerra del Chaco, entre su país natal y Bolivia.
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Llegó a al cuadro rojo de Avellaneda y rápidamente se hizo ídolo con sus gambetas impredecibles, sus tacos, sus golazos de cabeza y de todas las formas. Con Independiente anotó 293 goles entre 1934 y 1946 y todavía es el máximo goleador en la rica historia del fútbol argentino.
Después tuvo un breve paso por Huracán y el Nacional de su país, con el que fue jugador y entrenador. Pero sus gestas fueron en la Doble Visera, el estadio que inauguró Independiente el 4 de marzo de 1928 y que en 2007 fue demolido para construir el actual Libertadores de América – Ricardo Enrique Bochini.
El nombre del escenario es en honor al ‘Bocha’, pues es el máximo ídolo de su historia, ganando múltiples Copas Libertadores y torneos Locales. Erico conquistó dos títulos de primera división con Independiente, en una época en la que no existía la Copa Libertadores (ni tantos torneos, como hoy en día). Y de todas formas su legado será eterno en el rojo de Avellaneda, por su cantidad de tantos y por su calidad, desplegada con las medias bajas, las que han caracterizado, en muchas ocasiones, a los cracks.
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Es tan grande la leyenda del que para muchos es el mejor futbolista paraguayo de todos los tiempos, que en 2010 sus restos fueron trasladados de Buenos Aires a Asunción, arropados por las banderas de Argentina, Paraguay e Independiente.
“Supo llenar el mundo de esperanza para la gente humilde que llena los estadios buscando un poco de alegría y de motivación para seguir luchando. Convertía en una fiesta cada domingo. Escribió las páginas más brillantes del deporte nacional y, movidos por una emoción inmensa, le dedicamos este momento de gratitud”, dijo el entonces presidente de Paraguay, Fernando Lugo.
Arsenio Erico, una de las grandes leyendas del fútbol suramericano, falleció el 23 de julio de 1977. La parte roja de Avellaneda, colmada de nostalgia, nunca lo sacará de su memoria.