La nueva ley por la que comenzarán a inmovilizar más motos en Colombia
Nueva ley antirruido en Colombia permitirá inmovilizar motos con escapes modificados. La multa puede superar los $600.000 tras un periodo pedagógico.

Noticias RCN
12:22 p. m.
El crecimiento en el uso de motocicletas en Colombia no se detiene; solo en marzo de 2025 se registraron más de 84.000 nuevas motos, consolidando este medio como el más utilizado en el país.
Sin embargo, este auge ha venido acompañado de nuevas regulaciones. El Gobierno sancionó recientemente una ley antirruido que apunta directamente a las motocicletas modificadas.
Impulsada por el representante Daniel Carvalho y el abogado ambiental Camilo Quintero, esta legislación busca controlar la contaminación auditiva, especialmente en las noches, provocada por motocicletas que han alterado su sistema de escape.
“Con esta nueva ley... el Gobierno tendrá las herramientas suficientes para poner freno al ruido que producen las motos modificadas”, señala la ley.
Motocicletas modificadas estarán en la mira
Aunque la ley también contempla fuentes de ruido como bares, maquinaria y fiestas privadas, el foco principal está en los vehículos de dos ruedas. El Ministerio de Transporte será el encargado de reglamentar los niveles máximos de ruido permitidos y los estándares técnicos para el sistema de escape.
En Colombia, el límite de ruido permitido para motocicletas es de 86 decibeles, según el Ministerio de Salud. Sin embargo, muchos motociclistas superan esa cifra al retirar silenciadores o instalar válvulas de sonido, lo que ahora podría derivar en la inmovilización del vehículo y una multa de $604.000, contemplada en la infracción C28 del Código de Tránsito.
Habrá un periodo pedagógico antes de sancionar
Las autoridades iniciarán con una fase educativa de seis meses en todo el país para informar sobre la nueva norma. Una vez finalice ese periodo, empezarán los controles efectivos y sanciones reales a quienes no respeten los niveles de ruido permitidos.
La medida busca generar una convivencia más saludable en las ciudades, reducir el estrés sonoro y mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, sin criminalizar a los motociclistas, pero sí exigiendo el cumplimiento de normas claras.