El rey Carlos III desde el balcón del Palacio Buckingham tras su coronación
La realeza de Gran Bretaña salió por el balcón del Palacio de Buckingham para saludar a la multitud que esperaba al heredero de la corona.
Noticias RCN
10:05 a. m.
El rey Carlos III apareció en el balcón del Palacio de Buckingham con su esposa, la reina Camila, el heredero al trono, el príncipe Guillermo y otros miembros importantes de la realeza, pero el príncipe Harry, el hijo menor del rey, estuvo ausente.
Después del regreso al Palacio de Buckingham, tras su segunda procesión del día, escoltados por miles de militares en uniforme de gala, los monarcas salieron por el balcón para saludar a la multitud. Desde allí presenciaron un desfile aéreo acortado por el mal tiempo.
Carlos III y Camila salieron acompañados por miembros de la familia real, pero sin el príncipe Enrique (Harry), quien mantiene tensas relaciones con la monarquía.
Harry acudió a la ceremonia sin su esposa Meghan, quien se quedó en California, Estados Unidos, donde viven con sus dos hijos.
En contexto: 'Dios salve al rey': así fue la coronación de Carlos III
El protagonismo de los príncipes de Gales
Los herederos de la corona, Guillermo y Catalina, de 40 y 41 años, tuvieron un lugar protagónico en el desfile y la ceremonia religiosa, puntuada por cánticos corales, sermones y lecturas de los evangelios, concebida según un fastuoso ritual prácticamente inmutable desde hace mil años.
Estaban acompañados por unos 2.300 invitados, entre ellos figuras como la primera dama estadounidense Jill Biden, el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva y los reyes Felipe VI y Letizia de España, además de cientos de representantes de la sociedad civil británica.
Enrique se sentó discretamente junto a sus primos en la tercera fila, mientras que su hermano ocupó un lugar diez filas atrás.
Vea también: Las primeras imágenes de la coronación del rey Carlos III y la reina consorte Camila
La majestuosa ceremonia de coronación
"¡Dios salve al rey Carlos!", gritaron los asistentes dando inicio a la ceremonia con este reconocimiento, acompañado de una fanfarria de trompetas, después de que Carlos III y Camila entraran vestidos con capas ceremoniales tras una primera procesión en carroza desde el Palacio de Buckingham.
Con la mano sobre la Biblia, el rey prestó juramento. Después, en la parte considerada más sagrada de la ceremonia, el arzobispo Welby ungió las manos, el pecho y la cabeza del monarca, oculto de la vista por una pantalla.
La reina Camila, de 75 años, fue coronada seguidamente en una ritual mucho más sencillo.