Rehén de 85 años liberada por Hamás relató detalles de lo que vivió durante su cautiverio
Después de estar 17 días en manos del grupo terrorista Hamás, Yocheved Lifshitz, de 85 años, describió lo que vivió con los milicianos.
Noticias RCN
07:51 a. m.
En un centro médico de Tel Aviv, en Israel se encuentran las dos mujeres liberadas en las últimas horas por el grupo terrorista Hamás, que controlan la Franja de Gaza.
En una rueda de prensa, una de ellas relató lo que vivió a manos de los milicianos desde el pasado 7 de octubre.
Fui golpeada
"Me llevaron en la parte trasera de una moto con el cuerpo y las piernas de un lado, por los campos arados. Con hombres al frente, de un lado y al otro, mientras fui golpeada con palos por gente Shabab hasta llegar a los túneles".
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Relato de mujer secuestrada y liberada por Hamás
Sentada en una silla de ruedas y con aspecto frágil, afirmó que mientras estuvo detenida dentro de un túnel, los milicianos le brindaron atención básica: “Caminamos unos kilómetros sobre el suelo mojado, hay una red enorme de túneles bajo tierra. Parece una telaraña”.
Su avanzada edad y los quebrantos de salud habrían conducido a su liberación, tras los esfuerzos de mediación de Qatar y Egipto.
"Los tipos me golpearon en el camino, no me quebraron las costillas, pero me lastimaron y tuve dificultades para respirar", dijo Lifshitz.
La octogenaria fue liberada junto a Nurit Cooper, de 79 años y también vecina de Nir Oz, tres días después de la liberación de dos mujeres estadounidenses.
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¿Cómo era el trato de los secuestradores de Hamás?
"Nos trataron bien durante el cautiverio”. Explicó que un médico visitaba a los rehenes cada dos o tres días y les daba medicamentos.
Lifshitz vivía en el kibutz Nir Oz, una de las comunidades israelíes cercanas a la Franja de Gaza donde combatientes de Hamás atacaron el 7 de octubre.
Su esposo, también octogenario, figura entre los más de 200 rehenes aún cautivos en Gaza.
"Fueron amables con nosotros y cuidaron de nuestras necesidades", respondió al ser cuestionada sobre por qué le dio la mano a un combatiente al ser liberada.
Describió a sus captores como "muy amigables" y personas "muy corteses" que se habían organizado anticipadamente para tomar los rehenes.
"Parecían estar listos para esto, lo prepararon mucho tiempo, tenían todo lo que hombres y mujeres necesitan, incluso shampoo".
Comíamos lo mismo que ellos: pita con queso crema, queso derretido, pepinos. Esa era la comida para todo el día.