Claudicando | Por: Catalina Suárez Bedoya
Sin duda, los temas de seguridad y desempleo son los peores indicadores que nos está ofreciendo la administración del palacio Liévano.
07:00 a. m.
Por: Catalina Suárez Bedoya*
@CatalinaSuarezB en Twitter
La última encuesta de Invamer sobre la percepción que tiene la ciudadanía de su alcaldesa, Claudia López, muestra una tendencia casi condenatoria.
No es normal pasar de una desaprobación del 9 por ciento al inicio de su mandato, a dispararse al 43 por ciento. Y mucho menos, el hecho de que la aprobación de su gestión se haya desplomado un 37 por ciento. Algo grave está fallando en la administración actual.
Es cierto que nadie estaba preparado para enfrentar la pandemia de la Covid-19. Por supuesto, ni el más visionario mandatario podía predecir la magnitud de la tragedia.
Pero, lo que sí llama poderosamente la atención es que, esta situación exigía y exige el más alto compromiso por parte de los mandatarios para trabajar bajo el mismo objetivo de control y mitigación del virus, así como para enfrentar las innumerables consecuencias sociales y económicas que ha acarreado. Sin embargo, la alcaldesa ha actuado en contravía de esta situación.
Recordemos que Claudia López, durante su gestión, ha dado muestras de estar empecinada en pescar en río revuelto y ha aprovechado hasta la más mínima oportunidad de armar controversia con sus adversarios políticos, tanto para sacar réditos políticos como para evadir sus responsabilidades.
Mientras tanto, los que pagamos somos y seguiremos siendo los ciudadanos. Sin duda, los temas de seguridad y desempleo son los peores indicadores que nos está ofreciendo la administración del palacio Liévano.
Mientras que la alcaldesa iba teniendo serios desencuentros con el Gobierno Nacional, con la Policía Nacional y hasta con su propio secretario de Seguridad, Hugo Acero, la percepción de inseguridad en la ciudad llegó a ser la más alta en cinco años.
Incluso, la “Bogotá Cuidadora” muestra cifras realmente preocupantes como la que nos dice que para 8 de cada 10 mujeres la ciudad se ha vuelto un espacio violento e inseguro, en el que cada una de nosotras no logra sentirse completamente libre ni siquiera de transitar por las calles ni en el transporte público.
De igual manera, la situación económica de la ciudad es igualmente alarmante. Así lo atestiguan las más de 37.000 empresas que han cerrado sus puertas en la capital durante la pandemia, o los datos entregados por el DANE en el que la ciudad queda retrasada respecto a las otras capitales:
“Bogotá tuvo el peor desempeño entre las 23 ciudades y áreas metropolitanas al incrementar su tasa de desempleo en 7,1 puntos porcentuales en el trimestre de noviembre de 2020 a enero 2021”, así lo reveló el instituto.
¿Será que la alcaldesa nos seguirá viendo la cara como lo hizo con aquella humilde vendedora ambulante, que en medio de una transmisión de la alcaldesa le pidió ayuda y esta no recibió otra respuesta de que trabajara juiciosa? Como quien dice, nos toca buscar escampadero.
Y ahora, nuevamente, su discurso de discriminación y xenofobia para lavarse las manos. Definitivamente, estamos claudicando.
*Estratega de comunicaciones y analista política
NoticiasRCN.com