El rechazo en Chile significa un Boric más débil
Seis de cada diez chilenos le cerraron la puerta al texto redactado por la Convención Constitucional.
09:51 a. m.
El eco de los resultados del plebiscito de Chile deambulará como oveja descarriada por toda América Latina, pero su impacto se escuchará con mayor intensidad en las casas de gobierno regionales ubicadas a la izquierda del espectro político.
El éxito del “Rechazo“ es categórico. Seis de cada diez chilenos le cerraron la puerta al texto redactado por la Convención Constitucional.
Los motivos del triunfo son variopintos. Sin embargo, la explicación del resultado la sintetizo en la incoherencia política: una cosa fue la motivación del estallido social y otra cosa, complematente distinta, la respuesta constitucional.
El estallido social de 2019 -y los comicios del plebiscito de entrada de 2020 y la votaciones por los constituyentes y por Gabriel Boric en 2021- dejó un mensaje político claro. La necesidad de un cambio para superar la desigualdad económica y social.
En contraste, el texto de la Convención dejó otro mensaje político. Un cambio para superar la desigualdad no es suficiente. Tenemos que ser otra sociedad. Y otro Estado. El mensaje del texto constitucional fue el de un cambio institucional drástico.
Esa incoherencia política allanó el camino del éxito del “Rechazo”. Los líderes del “Rechazo” entendieron la consigna, e impulsaron con diferentes estrategias la inviabilidad de esa nueva Constitución. Y los chilenos en las urnas votaron en contra de esa cambio sustancial. En otras palabras, el mensaje constitucional no los convenció.
El resultado del plebiscito de salida en Chile deja algunas lecciones aprendidas para América Latina. Una, la alternancia en el poder enriquece la democracia, pero no es una patente de corso para impulsar cambios extremos. La viabilidad de las reformas demanda mayores consensos ciudadanos. Todas las sociedades quieren cambios pero no a cualquier precio.
Y otra lección aprendida, el éxito del “Rechazo” en Chile enseña que los mandatarios necesitan estar preparados con planes alternativos de gobernabilidad para solventar los fracasos electorales. El presidente Gabriel Boric afrontará el reto de un nuevo proceso constituyente sin el liderazgo suficiente para conducirlo, lo cual afectará la estabilidad política de su propio gobierno.
En conclusión, las derrotas electorales se pagan con pérdida de poder. Es una regla universal. Los nuevos gobiernos de izquierda en América Latina conquistaron el poder subidos en olas de descontento popular, exigencias de cambio y lucha contra las élites políticas. Sin embargo, sus mandatos no estan exentos de caer en la incoherencia política, la cual tambien precipita las derrotas electorales.
@JairoLibreros
Editor y analista político de Noticias RCN y NTN24