¿Ministerio de la Igualdad para qué?

No creo que cueste mucho trabajo para el presidente Gustavo Petro y su equipo de gobierno, diseñar estrategias que le permitan al país luchar contra la inequidad sin tener que aumentar el gasto público de manera excesiva creando un nuevo Ministerio.

Si tanto le preocupa a la vicepresidenta Francia Márquez la inocultable desigualdad en ciudades municipios y veredas, podía diseñar estrategias en esta área de trabajo desde el cargo para el que fue elegida, coordinando políticas públicas para que cada Ministerio las aplique dentro de su campo, ¿por qué no lo hizo?

La lucha contra la desigualdad es un principio que las entidades del Estado en su conjunto deben implementar en todas las políticas públicas. Lo hace el Ministerio de Educación cuando ejecuta medidas para garantizar el acceso a los colegios y a la educación superior de niños y jóvenes; lo hace el Ministerio de las TIC con cada proyecto que busca la cobertura total de internet y de acceso  a las nuevas tecnologías; lo hace también el Ministerio de Salud en la lucha para que todos los colombianos obtengan una mejor y mayor atención en clínicas y hospitales, y así sucede con las demás entidades, luego entonces no era necesario la creación de un Ministerio que va a duplicar funciones.

Es preocupante que un Gobierno que prometió ser cauto en el gasto público, haga todo lo contrario creando una entidad con un costo aproximado de $3.750 millones mensuales, además, con cinco viceministerios que tendrán asesores con sueldos bastante elevados, cuando lo normal es que en cada Ministerio se nombren únicamente dos viceministros. 

Tienen razón quienes se preguntan si el Ministerio de la Igualdad se hizo porque el país lo estaba necesitando o si más bien corresponde a una promesa de campaña a la vicepresidenta.

Insisto, si es cierto que a Francia Márquez le preocupa este problema, bien podía hacerlo desde la vicepresidencia como lo hizo Germán Vargas Lleras con el área de infraestructura durante el gobierno de Juan Manuel Santos, sin que se hubiese creado el Ministerio de la Infraestructura.

Igual sucedió con Francisco Santos quien pudo dirigir la política de derechos humanos desde la vicepresidencia de la república en el gobierno Uribe, sin que necesariamente se formara el Ministerio Para los Derechos Humanos.

Bien dicen que cuando se quiere se puede, basta con tener ganas y voluntad y se sepa trabajar en equipo para lograr los objetivos y las metas propuestas. Nadie niega que es necesario luchar por una mayor equidad en Colombia, pero para esto no es necesario aumentar el gasto público en un experimento que vaya uno a saber qué resultados arroje.