Tasas de interés y simbolismos
Desde hace varios meses, la dinámica productiva del país viene demandando un plan serio de reactivación económica.
08:58 a. m.
Durante el 2023, luego de esquivar por muy poco una recesión técnica, la economía colombiana creció al 0,6%: el dato más pobre de las últimas dos décadas, sin contar el del año más crítico de la pasada pandemia (2020). Para los primeros tres meses de 2024, de acuerdo con el Dane, el PIB alcanzó un 0,7%, el registro más bajo para un primer trimestre desde la llegada del covid-19 y el de más bajo desempeño con respecto al resto de economías importantes en la región, si se deja de lado la coyuntura argentina.
Posteriormente, se evidenció un sorpresivo 5,5% para el pasado abril, influenciado en gran medida por un efecto calendario -ya que el año pasado la Semana Santa cayó en abril y no en marzo, como sí ocurrió esta vez-; y un 2,4% para mayo, que seguramente influyó en que hace pocos días el Banco de la República volviera a elevar sus proyecciones para el crecimiento de Colombia, al pasar su previsión de 1,4% a 1,8%.
Sin embargo, pese a que el Emisor saltó de un pronóstico de 0,8% a inicios de año a uno de 1,8% en cuestión de siete meses -al punto que su gerente ya habla de que “el crecimiento [del PIB] se viene revisando alza de manera sistemática”-, es un hecho que la economía colombiana aún no opera a su plenitud.
Muestra de eso es la reciente encuesta de Invamer (Colombia Opina #15), en la que al preguntar de forma abierta: “¿cuál es el principal problema que tiene Colombia en este momento?”, la respuesta más repetida, con un 23% , hubiera girado en torno a la economía y el desempleo; más, incluso, que categorías como las de 'Mala función del gobierno' (19,9%), 'orden público' (19,1%) y 'corrupción' (15%), que repetidamente dan de que hablar en la opinión pública.
¿A qué va todo este recuento? A que, desde hace varios meses, la dinámica productiva del país viene demandando un plan serio de reactivación económica que, entre cosas, estimule el ejercicio empresarial e impulse la capacidad de gasto en los hogares; plan que, por cierto, le vendría muy bien al recaudo de la nación, el cual, durante el primer semestre del año, según la Contraloría General, cayó en términos reales (17%) más que en el mismo periodo del 2020 (13%), semestre en el que la OMS declaró oficialmente la pandemia.
Por esta razón, y ante la ausencia de dicho plan, un jugador privado tomó la iniciativa y, en un hecho de alta carga simbólica, bajó bruscamente sus tasas de interés para créditos hipotecarios, lo que hacia finales de junio desató una 'guerra de tasas' en el sector financiero a la que terminó sumándose el Fondo Nacional del Ahorro (FNA): una empresa del Estado adscrita al Ministerio de Vivienda, cuyo único objetivo misional es “contribuir al bienestar de los colombianos, convirtiendo su ahorro en vivienda”.
Esto, puesto de otra manera, quiere decir que ni siquiera una entidad estatal que está 100% dedicada a que las personas compren casa más fácilmente fue capaz de abanderar la reducción de las tasas de interés. Tuvo que esperar a que un banco privado que, además de vivienda también maneja créditos de consumo, libre inversión, libranza, para estudiar, para carro y moto, y microcréditos (sin olvidar las cuentas de ahorro, corriente, empresarial, CDT, fondos de inversión colectiva, compra y venta de dólares, y seguros y asistencias), tuviera que mostrar el camino.
¡Cuánto simbolismo hay en ese escenario! Y qué tan diciente es que sean los empresarios los que tengan que reactivar el país, a falta de un gobierno que le cuesta reconocer en ellos un aliado para llevarle bienestar a la población.
En un segundo plano queda el hecho de que el FNA haya llevado su tasa a 9,30% EA, convirtiéndola así en la más baja del mercado; el mensaje que en últimas se lleva el ciudadano, ese mismo que hace 2 años pudo haber votado por una promesa de cambio, es que desde la óptica estatal pesa más el recelo hacia los privados que la posibilidad de crear nuevos puestos de trabajo, generar encadenamientos productivos, mejorar el recaudo y aumentar las oportunidades.