¿Es la obesidad una enfermedad?¿Cómo saber si tengo esta condición?
Expertos internacionales redefinen la obesidad como una condición que no siempre es una enfermedad. Conozca más de esa condición y sus implicaciones.
Noticias RCN
10:27 a. m.
La obesidad, una condición que afecta a millones de personas en todo el mundo, es objeto de uno de los debates más complejos y divisivos en la medicina moderna.
¿Debe considerarse una enfermedad o únicamente un factor de riesgo? Esta pregunta, que cruza los límites de la medicina y la ética social, ha sido abordada por un grupo internacional de expertos cuyo trabajo, publicado en The Lancet Diabetes & Endocrinology, busca replantear cómo entendemos esta condición.
A pesar de los esfuerzos por llegar a un consenso, las conclusiones del panel han generado fuertes reacciones, pues el dilema no solo es científico, sino también ético, social y político, en un contexto donde la lucha contra la gordofobia y la búsqueda de un tratamiento adecuado se entrelazan de manera conflictiva.
¿Es la obesidad una enfermedad?
Durante años, la obesidad ha sido considerada un factor de riesgo asociado a múltiples enfermedades, entre ellas la diabetes tipo 2, las enfermedades cardiovasculares y ciertos tipos de cáncer.
Sin embargo, la discusión sobre si debe clasificarse como una enfermedad independiente sigue dividiendo a los especialistas.
Para algunos, el exceso de peso por sí mismo no siempre implica un problema de salud. Según esta perspectiva, una persona con obesidad puede mantener un estado de salud relativamente bueno y su condición debería verse solo como un factor que podría aumentar riesgos, pero no como una enfermedad en sí misma.
Otros, como la Organización Mundial de la Salud (OMS), sostienen que la obesidad es intrínsecamente una enfermedad que requiere atención médica sistemática.
Este contexto llevó a un grupo de expertos internacionales a elaborar un documento que busca sentar nuevas bases en torno a la definición y el manejo de la obesidad.
Francesco Rubino, cirujano especializado en el tratamiento de la obesidad y presidente de la comisión de expertos, resumió las conclusiones en una idea clave:
La obesidad puede ser una enfermedad, pero no todo el tiempo.
¿Cómo saber si sufro de obesidad?
Uno de los puntos más destacados del informe es la crítica al Índice de Masa Corporal (IMC) como único indicador para diagnosticar obesidad. Aunque este índice es una herramienta ampliamente utilizada para medir la relación entre el peso y la altura, los especialistas coinciden en que es insuficiente para evaluar la salud de un paciente.
El panel propone incorporar otras evaluaciones complementarias, como la medición del perímetro abdominal y el uso de técnicas de imagen para estimar la cantidad y distribución de la grasa corporal.
Tal como mencionan los expertos, estas herramientas permitirían identificar si la obesidad está generando efectos negativos en los órganos o el metabolismo, diferenciando así entre una obesidad “clínica” y una “preclínica”.
¿Qué tipos de obesidad hay?
La distinción entre obesidad clínica y preclínica es central en las nuevas recomendaciones. Si un paciente presenta signos de daño orgánico o disfunciones asociadas, como resistencia a la insulina o presión arterial elevada, su obesidad sería considerada una enfermedad que requiere tratamiento médico.
En cambio, si no se evidencian estas alteraciones, la obesidad sería clasificada como preclínica, una condición que no calificaría como enfermedad y que requeriría principalmente medidas preventivas, como cambios en el estilo de vida.
Este enfoque busca evitar lo que los expertos llaman “sobremedicalización”, es decir, tratar como enfermedades casos en los que el riesgo puede gestionarse sin intervenciones médicas o quirúrgicas.
El conflicto con los tratamientos para la obesidad
La controversia también ha adquirido mayor relevancia con la llegada de tratamientos farmacológicos innovadores, como el Wegovy, diseñado para facilitar la pérdida de peso.
Aunque estos medicamentos han mostrado ser altamente eficaces, los expertos advierten sobre posibles efectos secundarios y plantean dudas sobre si deben prescribirse de manera generalizada o solo a pacientes con obesidad clínica.