El otro lado de la historia: pesca artesanal afectada por el fallo de la Corte
Miles de familias raizales corren riesgo al atravesar aguas nicaragüenses en busca de pescado, un mar que, según la comunidad, la Corte les quitó.
Noticias RCN
07:05 p. m.
Las comunidades de las islas de San Andrés, Providencia y Santa Catalina sufren las consecuencias del litigio entre Nicaragua y Colombia por los limites marítimos.
Con el fallo de La Haya del 21 de abril de 2022, miles de familias raizales, dedicadas a la pesca artesanal, se están viendo afectadas, pues el riesgo que corren por atravesar el mar que pretende Nicaragua es alto. Allí es donde se ubican los bancos de peses, algunos de ellos esenciales para realizar la actividad. Cabe recordar que en el 2014, barcos nicaragüenses hundieron un pesquero en el que muchos raizales habían trabajado, por ende, el miedo los obligó a moverse a otros lugares en donde la pesca no es lo mismo.
“Es un riesgo cuando se van para el norte, tienen que ir varios acompañados, listos para correr porque llegan a atracar y a robar a los pescadores, es peligroso”, dijo uno de los pescadores de la región.
Y es que a raíz de la no asistencia de Colombia a la sesión de la OEA, el pasado 12 de agosto, se vuelve a hablar de la disputa entre Colombia y Nicaragua. Aunque la no participación no se traduce directamente en un apoyo hacia el régimen de Daniel Ortega, sí ha dado algunas luces de la intención desde la administración de Petro sobre lograr algún acercamiento con el país centroamericano. ¿Será para darle un final a este pleito de tres décadas?
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Crisis de los pescadores
Noticias RCN evidenció la crisis por la que atraviesan los pescadores de la zona con una de las lanchas que salió en la madrugada y regresó con muy poco pescado.
“(Tres pescados) Esto fue la pesca de esta mañana, $120.000 en gasolina no alcanzan a cubrirse con tres pescados, no hay ni $50.000 en pescado”, dijo Leonel, pescador.
Así la situación, aunque los pescadores saben que difícilmente todo volverá a ser como antes, insisten en salir cada madrugada no solo porque necesitan la pesca, sino porque aman el mar y saben lo que siente.