Joven denunció episodio de acoso y extorsión en mototaxi durante el paro camionero en Buenaventura
Lo que debía ser un trayecto breve para tomar un vuelo terminó convirtiéndose en una pesadilla para una joven que fue acosada y extorsionada por un mototaxista mientras intentaba cruzar una carretera bloqueada en Buenaventura.
Noticias RCN
12:48 p. m.
En medio del paro camionero que ha paralizado varias zonas del país, especialmente en el suroccidente de Colombia, las vías de acceso a ciudades como Cali han sido bloqueadas.
Este contexto ha forzado a muchos viajeros a buscar alternativas de transporte en condiciones que pueden ser peligrosas.
Recientemente, una joven relató en un video en su cuenta de TikTok una aterradora experiencia que vivió cuando intentaba desplazarse desde Ladrillero, en el litoral Pacífico, hasta Cali, donde debía tomar un vuelo.
Lo que comenzó como una serie de obstáculos debido al paro, terminó en una situación de acoso y extorsión que ella misma describe como uno de los peores momentos de su vida.
Joven denunció acoso y extorsión en mototaxi durante el paro camionero en Buenaventura
El testimonio de la joven comienza con su viaje desde Ladrillero, un pequeño pueblo en la costa del Pacífico colombiano. Debido a los bloqueos generados por el paro camionero, se vio obligada a cambiar su plan de viaje.
Al llegar a Buenaventura, abordó un taxi con la esperanza de llegar a tiempo al aeropuerto de Cali para tomar su vuelo. Sin embargo, el taxista le informó que las vías estaban cerradas y que no podría llevarla más allá de cierto punto.
Con la preocupación de perder su vuelo, decidió tomar un mototaxi, pensando que sería una solución rápida para avanzar por las rutas alternativas que los taxis no podían recorrer debido a los bloqueos, pero lo que al principio parecía una opción viable pronto se convirtió en una experiencia aterradora.
Este es el relato de la joven víctima de acoso en Buenaventura
En su relato, la joven narra cómo, tras unos minutos de trayecto, el conductor del mototaxi le pidió que se detuvieran en una estación de gasolina para tanquear.
Aunque hasta ese momento todo parecía normal, el hombre le dijo que no tenía suficiente dinero para pagar la gasolina y le pidió prestado. La joven, preocupada por no retrasarse más y sin ver una alternativa, accedió a darle el dinero y fue en este punto donde comenzó a notar que algo no estaba bien.
Una vez reanudaron el viaje, el conductor empezó a hacerle preguntas insistentes sobre el dinero que llevaba consigo.
Me preguntaba cuánto dinero tenía, por qué tenía tanto en efectivo.
A medida que las preguntas se volvían más insistentes, la incomodidad de la joven aumentaba.
Ella intentó minimizar la situación diciendo que no llevaba mucho, pero el hombre no dejaba de interrogarla, lo que encendió todas sus alarmas. En ese entonces, ya había caído la noche y la carretera por la que transitaban estaba completamente desolada.
El camino era oscuro, lleno de monte a los lados, y yo estaba completamente sola con él", cuenta la joven, visiblemente afectada al recordar esos momentos de angustia.
Fue entonces cuando el conductor empezó a tocarla de manera inapropiada, poniendo una mano en su pierna mientras le pedía repetidamente un beso. En ese instante, el temor de la joven se convirtió en puro pánico.
Se me paraba todo el cuerpo del miedo, solo pensaba en lo peor.
La situación se complicó aún más cuando comenzó a llover. El conductor sugirió detenerse bajo un árbol para resguardarse de la llovizna y aterrorizada, la joven insistió en que continuaran el viaje, pues su única preocupación en ese momento era encontrar un lugar con luz donde pudiera bajarse de la moto.
Aun así, el hombre la ignoraba y le decía que se relajara, asegurándole que ya había perdido su vuelo.
Yo ya no pensaba en el vuelo. Solo quería que él siguiera conduciendo, que no se detuviera.
El hombre seguía insistiendo en temas de dinero y continuaba haciendo comentarios sobre el beso que le había pedido antes. Mientras tanto, la joven observaba que la carretera seguía vacía.
No había camiones ni vehículos de carga que usualmente transitan por esas rutas.
Pensé que la carretera iba a estar llena de camiones por el paro, pero no había nada ni nadie. Estaba completamente sola con él.
El conductor del mototaxi afirmó ser un bandido de la zona
La desesperación de la joven aumentaba a cada kilómetro. Fue en ese momento cuando el conductor reveló algo que la aterró aún más: le confesó que era un "bandido de la zona" y que trabajaba en minería ilegal.
Me decía eso y, mientras hablaba, se tocaba el pantalón, como insinuando que tenía algo, quizás un arma.
Finalmente, tras lo que parecieron horas de angustia, llegaron a una pequeña población llamada Cisneros, donde por fin vio luces y una oportunidad de escapar.
Fingiendo que estaba a punto de vomitar, le pidió al conductor que se detuviera.
Le dije que me sentía muy mal, que tenía que bajarme para comprar algo en una tienda.
A regañadientes, el hombre se detuvo, pero seguía ejerciendo presión sobre ella. Incluso, antes de dejarla ir, le exigió más dinero, alegando que tenía que regresar solo bajo la lluvia y que la gasolina era cara. La joven, aterrorizada, le entregó $120 mil pesos, simplemente para que se marchara.
Cuando el conductor se fue, la joven respiró con alivio, pero su calvario aún no había terminado. Al intentar ingresar a un hotel cercano, se dio cuenta de que no había nadie en la recepción.
Fue en ese momento cuando el conductor regresó, insistiéndole en que no la dejaría sola.
Desesperada, caminó hasta una tienda cercana, donde le contó su historia a una mujer que, compadecida, le ofreció refugio en su casa.
Perdí mi vuelo, pero esa señora fue como un ángel para mí.
En su mensaje final, la joven advirtió a otras personas sobre los peligros de viajar durante el paro camionero.
Intenten siempre hacer sus trasbordos de día y resguárdense bien.
También recordó como el conductor durante todo el trayecto estuvo pendiente del nivel de batería de su celular, algo que interpretó como un intento de aislarla aún más, evitando que pudiera pedir alguna ayuda.