Niños sin justicia: casos que estremecieron a Bogotá y que siguen en la impunidad
El asesinato de una niña de tres años en 2019 sigue impune, mientras las cifras de maltrato infantil en la capital colombiana alcanzan niveles alarmantes.
Noticias RCN
09:07 p. m.
El 1 de abril de 2019, la vida de doña Marinela cambió para siempre cuando su nieta Evelyn, de solo tres años, fue brutalmente asesinada, presuntamente a manos de su padrastro.
Seis años después, la justicia sigue sin llegar, dejando una familia destrozada y en flagrante evidencia un caso que simboliza la crisis de violencia contra menores en Bogotá.
El 1 de abril de este año cumplimos seis años y hasta ahora no hay ninguna persona capturada por lo que hicieron con mi niña.
Casos de asesinatos de niños que siguen en la impunidad
El presunto responsable del crimen de Evelyn sería su padrastro, quien fue liberado por vencimiento de términos tras dos años en prisión preventiva.
La tragedia no solo le arrebató a su nieta, sino que también ha tenido un impacto devastador en su familia.
"Lo que nos hicieron con la niña no es solo perder a mi nieta, sino la destrucción que hay en la familia", aseguró doña Marinela.
El caso de Evelyn no es único. Cada día se registran atroces crímenes contra los niños.
En Bogotá hay otro hecho que no nos permitimos olvidar, el del pequeño Dylan Santiago, quien fue asesinado en Usme hace un año y del que aún su familia espera que él o los responsables paguen por su atroz crimen.
El cuerpo de Dylan Santiago fue encontrado enterrado en un cultivo de papa en la vereda Curubital, en Usme, a tres kilómetros de una carretera destapada en Bogotá.
Aunque la Fiscalía tendría cinco personas sospechosas, aún no hay captura.
¿Por qué predomina la impunidad en los crímenes de niños?
En 2024, Bogotá registró más de 16.816 casos de maltrato infantil, posicionándose como una de las ciudades más peligrosas para los menores en Colombia. La violencia física, los delitos sexuales, el abandono y la negligencia son los principales tipos de abuso reportados.
Lo más alarmante es que cerca de 50 menores perdieron la vida debido a la violencia. Según las estadísticas, casi el 70% de estos casos son perpetrados por personas cercanas o dentro del vínculo familiar, lo que subraya la necesidad de fortalecer los entornos y redes de apoyo.
El secretario de Seguridad de Bogotá reconoció la gravedad de la situación y explicó que:
Cada que un caso de esos resulta lamentablemente materializado, lo que hacemos es estructurar el contexto, identificar los factores que lo determinan y a partir de eso empezar a identificar.
Sin embargo, admitió que la capacidad institucional es insuficiente para abordar eficazmente el problema.
La violencia contra los menores no solo deja secuelas físicas, sino que también tiene un impacto psicológico profundo.
Mientras las autoridades prometen desarrollar herramientas más avanzadas para proteger a los menores al final del actual gobierno, familias como la de doña Marinela siguen esperando justicia.
El caso de Evelyn es un recordatorio doloroso de que, a pesar de las estadísticas y las promesas, cada número representa una vida y una familia destrozada por la violencia.