Ocho integrantes del Ejército aceptaron su responsabilidad por falsos positivos en Dabeiba
De los diez imputados en esta investigación por crímenes de guerra y de lesa humanidad, dos no reconocieron su responsabilidad.
Noticias RCN
05:16 p. m.
Ante la Jurisdicción Especial para la Paz, JEP, ocho de los diez miembros del Ejército Nacional imputados por crímenes de guerra y de lesa humanidad relacionados con los asesinatos y desapariciones forzadas perpetradas en Dabeiba, Antioquia, reconocieron su responsabilidad.
Se trata del coronel Efraín Enrique Prada Correa, excomandante del Batallón de Contraguerrillas No. 79; el sargento viceprimero Hernando Cómbita Salazar; Edie Pinzón Turcios, excomandante del Batallón de Contraguerrillas No. 26 Arhuacos y de dos mayores en retiro: Yair Leandro Rodríguez Giraldo y Hermes Mauricio Alvarado Sáchica.
Asimismo, se atribuyó la máxima responsabilidad a los sargentos en retiro William Andrés Capera Vargas, Fidel Iván Ochoa Blanco y Jaime Coral Trujillo, así como a el soldado profesional en retiro Levis de Jesús Contreras Salgado.
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En los documentos presentados por los militares, ratificaron su compromiso con las víctimas y la JEP, además de reconocer su participación en los crímenes conocidos como falsos positivos.
Entretanto, se espera que la Sala de Reconocimiento de Verdad y Responsabilidad fije los términos de la audiencia pública para el reconocimiento de la verdad, como parte de la reparación a las víctimas de Dabeiba.
Por su parte, los coroneles Jorge Alberto Amor Páez y David Herley Guzmán Ramírez pasarán a un proceso ante la Unidad de Investigación y Acusación (UIA) de la JEP, en donde de ser encontrados culpables se expondrían a una pena de hasta 20 años de cárcel.
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El reconocimiento de responsabilidad
En varios fragmentos presentados a la JEP, los integrantes del Ejército Nacional reconocieron su actuación para la comisión de las ejecuciones extrajudiciales, según ellos, a cambio de viajes, compensaciones y permisos.
Reconozco que influí en aquellos que no querían participar en esos hechos y aún más, motivé a los que lo hacían, recordándoles el plan de bienestar y permisos que estaba ordenado por el comandante de la Brigada CR JORGE ALBERTO AMOR PÁEZ , que consistía en permisos y felicitaciones para el personal que diera resultados operacionales, y en muchas ocasiones ser tenidos en cuenta para viajes al exterior.
Además, aceptaron que su participación no solo se limitó a seguir órdenes sino a hacer silencio y no colaborar con las investigaciones de la justicia penal militar “por miedo a retaliaciones”.
Reconozco que con mis acciones causé daños morales, emocionales y en la salud mental y física, así como la estigmatización y revictimización padecida por los familiares de las víctimas.