Primera expedición femenina sobre aves en Colombia fue todo un éxito
Este hito fue realizado en honor a Elizabeth L. Kerr, quien al parecer fue la primera mujer en recolectar aves y mamíferos en Colombia a comienzos del siglo XX.
Noticias RCN
10:57 a. m.
La magia extrema de los paisajes y ecosistemas de Colombia, como los frondosos bosques húmedos, secos y andinos, fueron los principales alicientes que llevaron a Frank M. Chapman, un experto ornitólogo estadounidense, a recorrer y explorar algunos de los rincones más biodiversos del territorio nacional.
Lea además: Denuncian caza de aves rapaces en Cundinamarca
Corría la primera década del siglo XX cuando Chapman le propuso al Museo Americano de Historia Natural de Estados Unidos (AMNH, por sus siglas en inglés), donde trabajaba, poner en marcha una ambiciosa serie de expediciones de aves en tierras colombianas. Sabía que en esa diversidad geográfica y vegetal encontraría especies hasta ahora desconocidas para la ciencia y pretendía entender el porqué de tanta diversidad.
Le puede interesar: #NoEstánSolos: colorido halcón pudo volar y acariciar la libertad
Entre 1911 y 1915, un equipo de colectores liderados por Chapman realizó ocho expediciones para documentar la avifauna nacional, donde se toparon con una acuarela de colores y una sinfonía musical extremas. Los expertos recorrieron 74 localidades distribuidas en sitios como el Magdalena medio, la Amazonia, el Macizo colombiano, el Pacífico y la región Andina.
Los hallazgos hablan por sí solos: cerca de 16.000 especímenes de 1.285 especies de aves recolectadas, material que fue enviado al AMNH y la Universidad de Cornell. Según los diarios de viaje y fotografías de Chapman, los estadounidenses solían vestir trajes elegantes de saco y corbata para estudiar las aves, y siempre tenían una escopeta en la mano.
En contexto: Indignación por caso de maltrato animal a una lechuza en Sucre
Un siglo después de este hito en el estudio de la avifauna nacional, que en sí fue el primer paso para catalogar a Colombia como el país con mayor cantidad de aves en el mundo, en 2020 el Instituto Humboldt y el Instituto de Ciencias Naturales (ICN) de la Universidad Nacional desempolvaron los escritos, cartas y diarios del ornitólogo estadounidense para revisitar algunas localidades muestreadas por el AMNH.
Lea también: Urdaibai Bird Center,observatorio de aves online que ayuda a que vuele la imaginación
La doctora Natalia Ocampo Peñuela, ecóloga del Instituto Humboldt, y el doctor Andrés Cuervo, curador de aves y profesor del Instituto de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional, fueron los encargados de liderar la expedición BIO Alas, cantos y colores, que tiene como meta recorrer cinco zonas visitadas por Chapman y su equipo: Fusagasugá (Cundinamarca), Honda (Tolima), San Agustín (Huila), Morelia (Caquetá) y Barbacoas (Nariño).
Vea más: Aves están muriendo de hambre debido a las sequías en Cesar
El año pasado, mientras el equipo del proyecto revisaba con lujo de detalles los escritos sobre el viaje a Colombia de Chapman, información que reposa en la monografía publicada por el museo en 1917 “La distribución de las aves en Colombia; una contribución al estudio biológico de Suramérica”, un apellido que aparecía con frecuencia en los diarios los dejó perplejos.
“En los escritos de la expedición en Honda, Chapman hacía referencia a la colección de aves de una persona de apellido Kerr. Sin embargo, lo que nos deslumbró es que el apellido estaba acompañado en algunas ocasiones por la palabra Mrs., es decir señora”, recuerda la ecóloga del Humboldt y coordinadora de la expedición BIO: Alas, cantos y colores.
Consulte además: Las aves migratorias serán el tema principal en Birdfair Colombia 2020
Otros escritos revelaron el nombre de la señora Kerr. “Se llamaba Elizabeth, algo que nos sorprendió mucho porque no teníamos ningún registro o evidencia sobre una mujer colectora de aves en Colombia durante esa época. La verdad nunca habíamos escuchado de ella”, apunta Ocampo.
Le puede interesar: Recuperadas 11 aves silvestres que eran tenidas como mascotas en Bogotá
Mujer pionera
Juliana Soto, bióloga investigadora del Instituto Humboldt e ICN y coordinadora de las expediciones en campo de Alas, cantos y colores, se encargó de hacer una búsqueda más exhaustiva sobre la historia de Elizabeth Kerr, una investigación literaria bastante compleja debido a la carencia de información.
“En el libro de Chapman solo aparecía que Elizabeth había colectado aves en el Tolima y el Chocó. Luego de googlear su nombre, encontré referencias de unos artículos antiguos del AMNH, los cuales revelan que también fue colectora de mamíferos como monos, ardillas y ratones”.
En contexto: Descubren nueva especie de ave en zona rural de Cali
Nace la expedición femenina
Los descubrimientos de Elizabeth Kerr sobre sus recorridos y colectas de aves hace más de 100 años, al igual que todo el trabajo pasado y presente realizado en campo por las biólogas y científicas colombianas, motivaron a las ornitólogas a realizar una expedición de aves en tierras tolimenses conformada solo por mujeres.
“Fue una idea colectiva. Además de hacerle un homenaje a Kerr, queríamos reconocer el papel de la mujer en la ciencia y mostrar cómo es el trabajo de mujeres expedicionarias actuales”, dijo Ocampo.
Cinco mujeres, con edades entre los 25 y 33 años, conformarían la primera expedición femenina sobre las aves en Colombia: a Ocampo y Soto se unieron las biólogas Daniela Garzón (estudiante de la Universidad del Tolima); Estefanía Guzmán (Universidad del Tolima); y Jessica Díaz (ornitóloga junior de Alas, cantos y colores).
Lea además: Mutiladas y hacinadas, así eran trasportadas cientos de aves que la Policía rescató en Bogotá
Venciendo paradigmas
En los dos lugares del Tolima evaluados antes del inicio de la expedición femenina, Juliana, Nelsy y Jessica tuvieron que enfrentarse al pensamiento machista de algunos de los habitantes de la región, quienes no tenían mucha fe en que un grupo de mujeres pudiera sumergirse en lo más profundo del bosque.
En contexto: Mujeres deben tener una mayor participación en cargos del Estado: Procuraduría
En los recorridos por Mariquita y Fresno, las tres biólogas olvidaron llevar machetes, por lo cual se los pidieron prestados a la población local. “Pero nadie nos los prestó porque pensaban que no sabíamos manejarlos. En un sitio nos dieron unos machetes que parecían cuchillos para untar mantequilla. Esto no nos detuvo: empezamos a arrancar la maleza con nuestras propias manos”, afirma Niño.
Arranca el hito
Entre el 11 y 14 de diciembre, las expedicionarias llegaron al bosque subandino de Fresno. Daniela Garzón, estudiante de biología y una de las investigadoras locales invitada a este recorrido, fue una de las más entusiasmadas.
Le puede interesar: La contaminación auditiva podría afectar las capacidades de los pájaros, según estudio
Las jornadas para observar las aves empezaban a las 4:30 de la mañana, cuando toda la zona aún estaba gobernada por la penumbra de la madrugada. “Luego de tomarnos un tinto, cogíamos rumbo hacia los bosques para abrir las redes de niebla, donde las aves quedan suspendidas sin maltratarse. Estas redes las abríamos durante el día, y las horas de mayor pico de actividades de las aves eran como las seis y nueve de la mañana y cuatro y seis de la tarde", apunta Guzmán.
En los cuatro días que duró la expedición femenina en Fresno, las mujeres registraron 86 especies de aves tanto en las redes de niebla como agudizando la vista y los oídos.
NoticiasRCN.com - Instituto Humboldt