El premio a los procesos: Gamero y el sueño que le cumplió al hincha de Millonarios
Después de dos años de intentarlo, el proyecto de Alberto Gamero finalmente dio un título.
Noticias RCN
09:30 p. m.
"Me brindaron una oportunidad que he esperado durante mucho tiempo. Siempre he querido ir a un equipo como Millonarios, en donde jugué, fui campeón y del que soy hincha". Así se despidió Alberto Gamero de Deportes Tolima hace casi tres años, despertando una ilusión que hace años no se veía.
El estruendoso fracaso del proyecto de Jorge Luis Pinto en el 'embajador' hacia a los hinchas ver con recelo lo que podía hacer Gamero, que en su palmares contaba con tres títulos -dos en Tolima y uno en Boyacá Chico-, pero con la cruz de no haber triunfado en Junior de Barranquilla.
Es cierto, la deuda de salir en hombros con el escudo de un equipo grande estaba pendiente, pero en Millonarios se aferraron al ADN azul del DT samario para calmar la sed de títulos.
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Génesis: Gamero y una ilusión desbordada en Millonarios
El inicio fue prometedor aún sin debutar. Un cuerpo técnico que reunió las raíces de un Millonarios old school, con Cerveleón Cuesta, Orlando Rojas y el ídolo Arnoldo Iguarán. Todo un viaje al pasado para los hinchas que se acostumbraron a alzar títulos años tras años y que fueron tan gloriosos que enamoraron a generaciones que crecieron en épocas de austeridad, pero a las que les quedó claro que ese escudo azul y blanco tiene mucha gloria detrás.
La 'Gameroneta' se demoró en arrancar. Pasaron uno, dos, tres, cuatro partidos y así, y el "espere que los quipos de Gamero juegan bien a mitad de torneo" reinaba, pero los resultados no aparecieron sino al final y no fue suficiente. El equipo no clasificó a cuadrangulares y el técnico empezó a ser cuestionado.
Por covid-19 y lesiones, Millonarios afrontó la famosa 'liguilla de eliminados' para clasificar a Copa Sudamericana con varios jóvenes en su nómina dentro de los que sobresalió Andrés Llinás. Si algo impulsó el proceso Gamero, más por obligación que por gusto, al inicio, fue el famoso 'kinder' integrado por jugadores de la casa como el 'mono', Omar Bertel, Emerson Rodríguez, Stiven Vega, Kliver Moreno, Juan Moreno, Yuber Quiñones y ahora Carlos Andrés Gómez.
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El año de la frustración y la duda
Con ellos, el 'embajador' empezó a tomar forma en 2021 y en ese primer semestre clasificó a la final jugando de una manera excelsa acompañado de jugadores de experiencia como Macalister Silva, Juan Pablo Vargas y Fernando Uribe.
Otra vez el covid-19 le cobró factura y Gamero perdió a jugadores importantes para el duelo por el título frente a Tolima y la trayectoria pesó. En un suspiro, el 'pijao' se terminó llevando la victoria en Bogotá y por ende el campeonato que marcó un nuevo revés en el prometedor ciclo del entrenador 'samario'.
"¿Y si lo intentamos de nuevo?", dijo Chicho Arango antes de iniciar el semestre, pero terminó aceptando una oferta para ir a la MLS. Sin embargo, esa consigna quedó en el seno del 'embajador'. En el segundo semestre de 2021 quedaron al borde de una final con una idea de juego ya engranada y a la que le faltaba el cinco para el peso para consagrarse en la liga.
Llegó el 2022, el año que parecía el de quitarse la 'mufa' y por fin demostrar que la ilusión con Alberto Gamero no era en vano. Millonarios cabalgó la tabla en el 'todos contra todos', pero en cuadrangulares se fundió y la hinchada enardeció. El ciclo prometedor estaba en entredicho y quedó en respirador artificial para el segundo semestre.
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El grito de Gamero que desatoró a Millonarios
Y por fin llegó lo que tantos anhelaban. Otra vez, el 'embajador' tuvo un arranque furioso en fase regular, pero entró en un bache hasta miedoso de ocho partidos sin ganar, pero se lavó de esa mala suerte en el momento justo. Ganó en la última fecha frente Alianza Petrolera, clasificó a los ocho y afrontó la previa de la final de Copa BetPlay con Junior con el pecho inflado.
Gamero, viejo zorro, hizo de las suyas. Colgó mensajes de aliento a sus jugadores en el camerino, pues debían remontar el 0-1 en contra de la ida contra el plantel estelar del Junior de Barranquilla. Y así lo hizo. Luis Carlos Ruíz cristalizó un cobro de penal al minuto 20 para pensar en que el sueño de la remontada era posible y de inmediato, los demás jugadores se contagiaron.
Millonarios fue avasallante. La idiosincrasia de Alberto Gamero volvió a prevalecer. Los jugadores no negaron una gota de sudor y retrataron en un partido por qué este ciclo generó tanta expectativa desde su inicio. Detrás hubo un sello de trabajo que nunca se negoció y la espera dio frutos.
Millonarios, de la mano de Macalister SIlva y de Gamero levantó su primer título y le dio vida a un proceso que se quitó el respirador artificial, se levantó y tiene sed de éxito en abundancia.