El técnico que un día se atrevió a echar al papa Francisco del vestuario de San Lorenzo
Tras el fallecimiento del papa Francisco, la historia del DT que lo echó del vestuario volvió a hacerse viral.

Noticias RCN
04:36 p. m.
En el mundo del fútbol argentino hay anécdotas para todos los gustos, pero pocas tan insólitas y entrañables como la que protagonizó el exentrenador Alfio “Coco” Basile en 1998, cuando sin saberlo, expulsó del vestuario de San Lorenzo nada menos que al futuro papa Francisco. La historia, contada con humor por el propio técnico, volvió a cobrar notoriedad tras la muerte del Sumo Pontífice este lunes 21 de abril, a los 88 años.
Basile había llegado al club de Boedo para intentar revertir una campaña complicada. El equipo no levantaba cabeza, y la dirigencia apostó por su experiencia y carácter. El debut se dio frente a Platense y, como era costumbre, el presidente de entonces, Fernando Miele, bajó al vestuario en la previa del partido. Lo acompañaba un cura de mirada tranquila, vestido de sotana y con una sonrisa amable.
“¿Quién es ese cura?”
El ‘Coco’, con su estilo frontal e inconfundible, no tardó en reaccionar: “¿Y quién es ese cura que acaba de entrar?”. Miele, algo sorprendido, le explicó: “Mirá, ‘Coco’, es un cura hincha de San Lorenzo, que viene a todos los partidos, bendice a los jugadores y les da un beso…”. Pero el técnico, convencido de que cualquier distracción podía ser un problema, respondió tajante: “¡Pero si vos me trajiste porque no le ganan a nadie y este viene a todos los partidos! Decile que se vaya esa mufa. Acá no entra un cura ni nadie, y menos antes del partido. Echalo ya”.
Y así fue. El sacerdote tuvo que salir del vestuario sin decir una palabra y con notables gestos de tristeza. Ese cura era Jorge Mario Bergoglio.
La sorpresa de años después
Pasaron los años, y en una charla con Miele, Basile recibiría una inesperada noticia. “¿Viste quién es el nuevo Papa?”, le dijo el expresidente. Al enterarse, el ‘Coco’ se quedó helado: “¡No te puedo creer! ¡Eché al Papa del vestuario!”. Desde entonces, lo cuenta como una de las historias más increíbles de su carrera, con su humor característico y una carcajada final.
Una anécdota que mezcla fútbol, fe y el inconfundible estilo de un técnico que nunca se guardó nada… ni siquiera frente a quien luego sería líder de la Iglesia Católica.