Así es la vida en un pueblo casi fantasma devastado por la guerra en Ucrania
Algunos habitantes aguardan con esperanza la llegada de Donald Trump al gobierno, esperan que su mandato lleve la paz a Ucrania.
AFP
03:12 p. m.
A lo largo de la ruta que lleva a Kurajove, en el este de Ucrania, se alinean casas fantasma, destrozadas por las bombas, con verduras pudriéndose en jardines abandonados.
La región y sus pueblos están actualmente rodeados por las fuerzas rusas que avanzan al norte, sur y este, obligando a la población a huir.
El ejército ruso avanza a paso firme en esta zona, que contiene un importante yacimiento de litio y está ubicada al sur de Pokrovsk, una ciudad industrial e importante centro logístico para las fuerzas ucranianas.
Es en esta región que Rusia logró su mayor avance en los últimos meses, según un análisis de la AFP realizado el 28 de octubre con datos del estadounidense Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW).
La localidad al este de Ucrania que se ha vuelto casi un pueblo fantasma
En la localidad vecina de Andriivka, los puestos en el mercadito son tan escasos como la clientela, pues la mayoría de los civiles han huido.
"Estos son los últimos panes, lléveselos", le dice un vendedor a un cliente.
Pese a las bombas rusas que "vuelan todos los días", Anatolii se ha quedado para atender la última tienda de comestibles de la región y ayudar a los ancianos y minusválidos de las aldeas vecinas que aún no han sido evacuados: "Los que no tienen adónde ir, los que no tienen dinero ni familiares".
Pero cuando finalmente corten la electricidad, el vendedor de 37 años piensa unirse a su esposa y su hijo, quienes ya se fueron y "han visto suficiente en tres años de guerra" entre Rusia y Ucrania.
Las carreteras de la región están llenas de minibuses con rótulos de "evacuación", y los teléfonos móviles reciben llamados a huir: "Queridos habitantes de la región de Donetsk: ¡Salven su vida y la de sus seres queridos! ¡Evacuen!", dicen los mensajes.
Fedir Gjyvin, de 69 años, no piensa partir. El pequeño lugar donde se refugia durante los ataques rusos está lleno de vegetales en frasco para soportar el invierno.
Para calentarse, asegura que irá a una mina cercana a recoger carbón.
Afirma que se irá a encontrarse con su hija, quien vive 400 km al oeste, si llegan las tropas terrestres rusas.
"Pero tengo tiempo", dice, pese a que Rusia anunció que tomó Voznesenk, a unos 15 km.
La esperanza de los pobladores tras la elección de Donald Trump
Río arriba, uno de los embalses del lago artificial de Kurajove resultó dañado por un disparo ruso, según el gobernador regional, lo que despertó temores de una inundación.
En la localidad de Dachne, cercana al lago y a la línea de combate, las fachadas de las casas están cubiertas de hollín y el sonido de explosiones de artillería no para.
Una vecina, Olga, observaba en una calle desierta un nuevo cráter creado por otro proyectil ruso. Espera "la paz en 24 horas" que prometió el presidente electo estadounidense, Donald Trump.
"Solo queremos paz, aunque signifique negociar con el diablo", declaró la maestra de 59 años, cuya escuela es ahora una pila de escombros.
A unos 15 km al oeste está la frontera entre la región de Donetsk y Dnipropetrovsk, hacia donde se dirige el ejército ruso.
Líneas defensivas recién construidas se extienden a lo largo de varios kilómetros.
Cada arboleda es una zona defensiva, cada campo está atravesado con nuevas trincheras y por todas partes aparecen alambres de púas y bloques defensivos de concreto, todos los cuales aumentan el temor de nuevos avances rusos.