Nayib Bukele arrancó segundo mandato presidencial en El Salvador
Este 1 de junio inició el segundo periodo presidencial consecutivo de Nayib Bukele, con un poder casi absoluto.
AFP
01:13 p. m.
El popular presidente de El Salvador, Nayib Bukele, inició un segundo mandato este sábado con un poder casi absoluto y sin oposición, pero confrontado al desafío de mantener la seguridad en el país y lograr la prosperidad económica que prometió.
Ataviado con un traje de cuello y puños dorados, Bukele, de 42 años, juró a mano alzada y recibió la banda presidencial de parte del jefe parlamentario Ernesto Castro, ante dignatarios internacionales en el Palacio Nacional, en el centro histórico de San Salvador.
"¡Bukele, Bukele!", gritaron, entre disparos de salva, miles de simpatizantes que colmaban la plaza frente al palacio, bajo un intenso sol. Poco después comenzó un desfile militar, con aviones que dejaban una estela azul y blanco, colores de la bandera salvadoreña.
El segundo Gobierno de Nayib Bukele en El Salvador
Este expublicista de ascendencia palestina emprende otro mandato de cinco años tras pulverizar a la oposición con un 85% de votos en las elecciones de febrero, donde ganó casi la totalidad del Congreso (54 de 60 escaños).
Asiduo en las redes sociales donde se ríe de quienes le llaman "dictador", tiene a su favor el resto de poderes estatales, incluidos magistrados que le permitieron buscar la reelección pese a estar prohibida en la Constitución.
"Le critican que es autoritario, que no respeta derechos humanos, que no da cuenta del dinero que usa, que es dictador (...) Nos ha devuelto la seguridad y ya eso es mucho. Por mí, que gobierne hasta donde pueda", dijo a la AFP en la plaza Miguel Herrera, entrenador deportivo jubilado, de 68 años.
El presidente milenial tendrá aún más poder porque los diputados aprobaron recientemente una reforma que le facilitará hacer cambios constitucionales, incluso, según analistas, habilitar la reelección indefinida.
La figura de Bukele para El Salvador
Bukele asegura haber sanado al país del "cáncer" de las pandillas, a las que declaró la "guerra" y construyó una megacárcel: desde marzo de 2022, El Salvador vive bajo un estado de excepción que deja 80.000 detenidos sin orden judicial.
Human Rights Watch y Aministía Internacional denuncian muertes, torturas y detenciones arbitrarias. Casi 8.000 han sido liberados, miles por ser inocentes.
El costo de la seguridad la paga "la población detenida injustamente", resume el coordinador de la Comisión de Derechos Humanos, Miguel Montenegro.
Para Bukele, que llegó al poder en 2019 con un 53% de votos, su reciente triunfo arrollador muestra que los salvadoreños quieren seguir bajo el régimen de excepción.