Sin medicamentos, bebidas, ni papel higiénico: así viven presos políticos en Nicaragua
En 2021, 46 líderes de la oposición al régimen de Ortega fueron detenidos y recluidos en las celdas de la Dirección de Auxilio Judicial de Managua.
Noticias RCN
05:50 p. m.
Raity Larios, es hija del sociólogo opositor Irving Larios, uno de los 46 líderes de la oposición que fueron detenidos y recluidos en Nicaragua, en las celdas de la Dirección de Auxilio Judicial de Managua. Los hechos ocurrieron en 2021, luego de las elecciones de noviembre pasado, en las que Daniel Ortega se posicionó nuevamente como presidente, por cuarta vez consecutiva desde 2007.
Todos los detenidos han sido condenados recientemente con penas de hasta 13 años, por “menoscabar la integridad nacional”.
En medio de una rueda de prensa virtual, la hija de Larios leyó un comunicado en donde denunciaba que los presos políticos en Nicaragua estaban en precarias condiciones. “Están pasando hambre y corroboramos nuevamente aceleradas pérdidas de peso consistentes, con estados de desnutrición, como es el caso de la activista Tamara Dávila, quien calculamos pesa ya menos de 100 libras (45 kg)”.
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Presos en Managua con duras condiciones de salud
El comunicado se dio a conocer luego de una visita que los familiares de los presos hicieron entre el pasado 28 y 30 de abril. En la diligencia pudieron evidenciar un “deterioro generalizado en la salud” de los privados de la libertad. Esto se debe, según ellos, a una “política sistemática de torturas dirigidas a quebrar sus cuerpos y mentes”.
Durante las declaraciones, los parientes denunciaron que “los castigos se han vuelto más frecuentes y van desde chantaje emocional, a amenazas de trasladarles a celdas más pequeñas y con peores condiciones”. Además, aseguraron que estarían siendo privados de los alimentos que les llevan sus familiares, les estaban negando atención médica, “medicamentos, bebidas y hasta papel higiénico”.
Sumado a las carencias en productos básicos, los allegados de los presos políticos dijeron que “persiste la política de aislamiento e incomunicación”. Esto se debe a que no les permiten llamadas telefónicas, ingreso de cartas ni conversaciones con sus familias.