Los héroes llevan bata en vez de capa | Por: Catalina Suárez Bedoya
Impresentable declarar como “Personaje del año” a la alcaldesa Claudia López, mientras hay miles de personas que sí se deberían llevar ese reconocimiento.
04:59 a. m.
Por: Catalina Suárez Bedoya
@CatalinaSuarezB en Twitter
Este año parece uno de esos días malos que no quieren terminar. Como si una cadena de errores e infortunios se empeñaran en demostrarnos y pisotear cada uno de los pedazos que nos quedan.
Me aterra, por ejemplo, el hecho de que la polarización política lleve a algunos personajes a lanzar comentarios tan extraviados como los que dicen que los que votaron por algún político no deberían ser vacunados. Como si estar en una Unidad de Cuidado Intensivo dependiera de nuestras inclinaciones políticas.
Sí, hay un montón de cosas tristes e indignantes como ver que para algunos medios colombianos pareciera más importante quedar bien con un gobernante que el hecho de reconocer los grandes trabajos anónimos de miles de personas que le están haciendo verdaderamente frente a la pandemia.
Me refiero, por supuesto, a lo impresentable que es declarar como “Personaje del año” a la alcaldesa Claudia López, mientras de verdad hay miles de personas que sí se deberían llevar ese reconocimiento .
Para mí los personajes del año llevan bata en vez de capa. Pienso mucho en el personal de la salud que a pesar de llevar años exigiendo mejores garantías laborales --a las que muchas veces no tienen respuesta-- no han dudado en arriesgar su vida y las de sus familias con tal de luchar por la vida de sus pacientes.
Pienso también en los profesores, que a pesar de tener la bata guardada, luchan por todos los medios para que la niñez y la juventud no pierdan la oportunidad del aprendizaje.
Y, al mismo tiempo, pienso en nuestros campesinos y toda aquella persona que no se ha podido dar el lujo del aislamiento o que la cuarentena los ha quebrado emocional y económicamente; para los que esa palabra de “reinvención” no es una moda sino una obligación vital.
Personas inagotables como aquellos comerciantes, pequeños empresarios y trabajadores que luchan por sobrellevar esta crisis, son ejemplo invaluable de valor y determinación.
Y me quedo finalmente con las familias de todas las familias de las personas que se han visto afectadas por esta tragedia. Lo digo, porque al igual que las más de 40.000 personas que han fallecido por el Covid, la mía también se vio afectada. El virus nos tocó de una manera muy fuerte: fueron 12 personas infectadas, entre esos mi propio padre.
La angustia era total, cada llamada me arrugaba el corazón, la incertidumbre aparecía y me tocó hacer lo que más estuviera a mi alcance con tal de animar a la familia, así yo misma estuviera hecha pedazos.
Con el dolor de mi alma tengo que decir que mi tío Ernesto Suárez Bermúdez, no logró superar este maldito virus. Sería injusto decir que perdió la batalla, luchó de pie como siempre hacía; fue gallardo hasta el último de sus instantes.
Esta columna es mi homenaje a él, porque no permitiré que sea una cifra más. Fue un hombre sinónimo de rectitud, amor y respeto. ¡Estemos donde estemos trataremos de honrar todas sus enseñanzas!
Hoy quiero decir que al igual que mi tío Ernesto, ninguna de las víctimas de la Covid es una cifra más sino que por el contrario son los grandes y verdaderos héroes del inolvidable 2020.
¡Adiós, a él y a tantos que para mí son los verdaderos protagonistas del año!
*Estratega de comunicaciones y analista política