El desmonte del Esmad: una nueva promesa incumplida de Petro
El afán es tan grande que olvidaron que el competente para plantear la transformación de la política pública es el mindefensa y no el director de la Policía.
06:00 a. m.
El autodenominado gobierno del cambio liderado por Gustavo Petro se vendió en campaña electoral como la única opción para lograr las grandes transformaciones en materia social, política, fiscal, laboral y económica que necesita Colombia. Una de las promesas de renovación estructural es la reforma a la Policía y el desmonte del Escuadrón Móvil Antidisturbios - Esmad.
La propuesta de eliminar completamente el Esmad no es nueva en el país. El Escuadrón fue creado en 1999 mediante la directiva transitoria 0205 y desde el año 2001, con la muerte del estudiante Carlos Giovanni Blanco, en medio de una protesta, se comenzaron a oír voces pidiendo el desmonte de este grupo policial. Este ha sido uno de los llamados puntos de honor de la izquierda colombiana, lo cual, con el advenimiento del paro nacional en 2021, se ubicó dentro de la agenda principal del Pacto Histórico.
Fue bajo este contexto cuando el senador Gustavo Bolívar, respaldado por Petro, prometió en campaña que el 8 de agosto de 2022 el Esmad se desmontaría por completo. Esto no sucedió. Posteriormente con el nombramiento del nuevo director de la Policía, el general Henry Sanabria, el Gobierno Nacional anunció con entusiasmo el cumplimiento de dicho compromiso. Sin embargo, cuando se revisan los anuncios y entrevistas se trata en realidad de cambios cosméticos.
Revisémoslo punto por punto.
No habrá desmonte: el Esmad seguirá funcionando de acuerdo con el anuncio del general Sanabria. Quien además agregó que este grupo es indispensable para garantizar la protesta en el país. Esto en parte es entendible si tenemos en cuenta el doble rasero de Petro respecto al Esmad. Durante su mandato en la Alcaldía de Bogotá el Escuadrón salió a las calles 1.003 veces de acuerdo con información suministrada mediante derecho de petición por la Policía Metropolitana [1]. Un número considerable para un mandatario que se manifiesta en contra del uso de este tipo de fuerza.
Cambio de nombre: el Escuadrón pasará a llamarse Unidad de Diálogo y Acompañamiento a la Manifestación Pública. Será integrado por dos grupos: el primero denominado Dispositivo Básico de Acompañamiento – DBA, quienes tendrán cascos blancos y azules, y se dedicarán a evitar en primera instancia posibles confrontaciones. El segundo que llaman Dispositivo Especializado de Intervención – DEI, que cumplirán la función de contener la afectación de bienes y la violencia. También se plantea el cambio de color del uniforme, tanquetas y algunas reformas en los protocolos. Sin embargo, el uso de armas como la reconocida venom seguirá, como también las escopetas, gases y dispositivos que actualmente emplea el Esmad.
Aunque los líderes de opinión adscritos al petrismo han querido venderles a sus simpatizantes la idea de que el Esmad llegó a su fin, la verdad es que aquí solo hay una serie de cambios de forma. Unos muy parecidos a los liderados en su momento por el presidente Iván Duque en la llamada transformación integral de la Policía, con la cual se generó el actual cambio de uniformes, vehículos y colores, y que en su momento fue muy criticada por el mismo Petro. Estos cambios superficiales parecen responder más a una necesidad de carácter coyuntural que permita enviar un mensaje de cumplimiento de promesas y no a un plan de transformación estructural necesario al interior de la institución.
El afán es tan grande que olvidaron que el competente para plantear la transformación de la política pública es el ministro de Defensa y no el director de la Policía Henry Sanabria, quien se atribuyó -de forma errónea- competencias que conforme a la Constitución de 1991 están en cabeza del gobierno civil y no de la fuerza pública. Por eso es indispensable el ministro Iván Velásquez tome la vocería en este debate.
Por ahora estos anuncios dejan ver a un gobierno al que le preocupa más su imagen en redes sociales y el peso de la opinión pública, que a uno que busca generar los cambios que tanto exigió y prometió. La transformación cosmética del Esmad está muy alejada de los discursos profundos y las promesas constantes.
No todo es malo. El país continuará contando con los servicios de este cuerpo antidisturbios, necesario en momentos de alteración del orden público y vandalismo, pero que no es mentira que requiere cambios estructurales. El incumplimiento de esta promesa por parte del presidente Petro a sus electores trae consigo una oportunidad de revisar, fortalecer y darle una mayor formación profesional a los uniformados para evitar hechos lamentables durante el ejercicio de sus funciones.
[1] Información tomada de la respuesta a un derecho de petición presentado por el concejal Julián Rodriguez Sastoque el 13 de marzo de 2021.
@Danielbricen
Abogado especialista en Derecho Público - magister en análisis político y electoral.