Diosdado, Claudia y los embolsados en Bogotá

En Colombia la puesta en escena del crimen transnacional organizado no es inédita. Desde los años ochenta del siglo pasado diferentes grupos multicrimen hacen de las suyas en medio de niveles inadmisibles de impunidad.

Pero en lo corrido de este tercer milenio sentimos con mayor intensidad la carga de ser una sociedad victimizada por el narcotráfico, la trata de personas, el tráfico de migrantes y el tráfico ilícito de armas, así como por sus derivados delictivos, el sicariato, el secuestro, la tortura, la extorsión, las amenazas.

Hoy día el mapa de la inseguridad nacional está caracterizado por la presencia de actores ilegales extranjeros, asociados con delincuentes nacionales, como responsables de las modalidades criminales de mayor impacto social.

En Bogotá se han identificado 9 bandas, algunas transnacionales y otras locales, que se disputan las rentas ilícitas en medio de enfrentamientos letales, que intimidan a sus rivales de oficio delictivo, y por supuesto a los colombianos, entre otras cosas por cuenta de los “embolsados”, esto es, cadáveres desmembrados encontrados con señales de tortura en bolsas tiradas en algunos sectores de la ciudad.

La alcaldesa Claudia López anunció el desmantelamiento de la organización transnacional 'Los Maracuchos'. Algunos fueron capturados, otros huyeron del país. Y dio a conocer una solicitud de cooperación internacional para que en Venezuela se reforzaran las medidas de efectiva privación de la libertad de los jefes del 'Tren de Aragua'. Estas dos bandas de origen venezolano - integradas igualmente por colombianos-, son las causantes de diversos actos de violencia y de la mayoría de “embolsados” hallados en Bogotá.

Inmediatamente, surgen dos inquietudes. La primera, ¿esa solicitud de la alcaldesa realmente es viable? Y la segunda, ¿cuál será la respuesta de Caracas? La solicitud es viable, de manera particular por cuenta de la reactivación de las relaciones diplomáticas con Venezuela.

La alcaldesa, como primera autoridad de Policía de la ciudad, solicitó la activación de la cooperación judicial con Caracas para recuperar el intercambio de evidencias judiciales en investigaciones relacionadas con el crimen transnacional organizado, medidas penitenciarias más estrictas y abre el camino para que las autoridades nacionales gestionen la materialización de órdenes de capturas con fines de extradición de los integrantes de 'Los Maracuchos' o del 'Tren de Aragua'.

Pero la respuesta diplomática de Venezuela será la crónica de un fracaso anunciado. Algo va de los temas comerciales en la frontera al compromiso diplomático con los temas de seguridad y justicia penal de Colombia.

En el vecino país no sólo se esconden impune y tranquilamente miembros de bandas responsables de los “embolsados”. También residen allá lugartenientes de las disidencias de las Farc, del ELN y otros narcos y delincuentes transnacionales buscados por las autoridades nacionales.

En conclusión, en el corto plazo la respuesta de Caracas a Bogotá será decepcionante. La dictadura de Miraflores no está sintonizada con la política Vivir sin Miedo de Claudia López ni con la Paz Total del presidente Gustavo Petro, quien en última instancia tendrá que contar con los buenos oficios de Nicolás Maduro para la negociación, el sometimiento o acogimiento en Colombia de las organizaciones al margen de la ley, todas, sin excepción, vinculadas al crimen transnacional organizado.

@JairoLibreros
Editor y analista político de Noticias RCN y NTN24