Mujer se contagió de covid-19 en embarazo y su hermana le sirvió de mamá canguro

Cuando todo parece oscurecerse por la difícil situación que se vive por el coronavirus, aparecen historias increíbles que iluminan el camino. Es el caso de Gina, su recién nacido Nicolás y la tía del bebé, Diana.

El virus los unió en una relación de amor incondicional a la que aún le falta el último capítulo. Yina Moreno, aunque tuvo por 30 semanas a Nicolás en su vientre, hoy no lo conoce aún. Todo empezó el 12 de julio cuando el covid-19 llamó a su puerta.

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Tenía síntomas gripales, se tomó la prueba y dos días después la dificultad respiratoria aumentó, todo quedó en manos de los médicos.

“Empezamos el manejo simultáneo de mamá y bebé para asegurar oxigenación y manejo, y maduración pulmonar del bebé ante la condición tan crítica de la madre”, señaló la médica tratante Francis Abril, ginecoobstetra de la Clínica Cafam.

La condición empeoró por falta de oxigenación de la mamá y el bebé por eso realizaron cesárea. Yina fue a una UCI en coma inducido mientras Nicolás abría sus ojos al mundo en una UCI neonatal.

“Con peso de 1.700 gramos nace en condición crítica que requiere soporte ventilatorio secundario a su prematurez, por diagnóstico materno se mantiene aislado y se toma muestra para covid-19 dando también positivo”, indica la pediatra Adriana Romero.

Ante esta crítica situación su hermana Diana tomó las riendas y es la mamá Canguro.

“Mi pequeño bebé es también positivo para covid lamentablemente, pero afortunadamente cuenta con un equipo magnífico de médicos”, manifiesta Diana Quitián.

En su voz se advierte el dolor del recuerdo y la admiración por este presente. Con Nicolás en su pecho siente la felicidad y el palpitar de la nueva vida.

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Yina estuvo entubada y en coma inducido 15 días, pero afortunadamente despertó en un testimonio de vida, es una mujer muy valiente con muchas ganas de vivir.

Yina cerró los ojos ante esta prueba y los abrió ante el milagro. Salió triunfante y cruzó la puerta del covid que muestra muchos milagros a diario como el que aún le hace falta, reflejarse en los ojos de Nicolás cuando en su familia este virus quede en solo un recuerdo.